Se dice que “los años no pasan en vano” y que “santo que no es visto no es venerado” aunque también está aquel otro que afirma que los verdaderos fans están siempre y todo esto fue algo de lo que vivió Christina Aguilera en su regreso a la Ciudad de México tras casi dos décadas de ausencia.

La anterior vez que Christina Aguilera visitó la Ciudad de México era una popstar en ascenso de 21 años que se mostraba poco accesible con su público, incluso Adal Ramones contó hace un par de meses que cuando la cantante visitó su entonces programa “Otro Rollo” la estadounidense no quería participar en ciertas dinámicas.

Dieciocho años han pasado de eso y con ello, experiencias, crecimiento, madurez y sobre todo el tiempo necesario para dejar claro que ya no es aquella adolescente que llamó la atención por su belleza y sus populares bailes y que ahora que está a unos días de cumplir 39 años es una cantante y una mujer que no necesita mostrar diminutas prendas para entonar y dejar con la boca abierta a todo aquel que la ve y sobre todo la escucha.

Aguilera llegó al escenario del Palacio de los Deportes a las 20:45 para dejar salir al genio de la botella tras casi dos décadas de mantenerlo alejado del público mexicano.

En esta ocasión su voz fue la protagonista, la cual entonaba sus mayores éxitos en su carrera que inició en 1998. Entre el público no había adolescentes, quizá la mayoría eran mayores de 30 años, aquellos que crecieron con ella; es más, el foro estaba lleno a un 80% de su capacidad, pero quienes estuvieron en su show lo disfrutaron, bailaron y enloquecieron con lo que la neoyorquina les ofreció.

“Oh mi Dios, es fenomenal estar aquí después de recorrer el mundo y poder compartir con ustedes esto que es una celebración, una celebración para aquellos luchadores de compartir 20 años de mis historias. Gracias por estar y ser mi apoyo y cerrar este círculo y estás experiencias, esto es muy especial” dijo Aguilera en su primera interacción con su público y tan solo después de haber interpretado “Bionic”, “Your body” y “Genie in the bottle”.

Si bien, entre el público se hablaba de que Christina “ya no bailaba tanto” o “se movía poco”, lo cierto es que después de unos minutos de haber comenzado el show, a nadie parecía importante pues todo el Domo de Cobre cantante y bailaba.

Durante los poco más de 75 minutos que duró el show, Christina se encargó de recordarle a todo su público todas la facetas por las que ha pasado, ya que lo mismo cantó temas de su disco “Stripped” como “Dirrty” o “Can’t hold us down” y también de su disco Mi Reflejo -cantado totalmente en español- como “Pero me acuerdo de ti”, “Falsas esperanzas” e incluso se dio el tiempo para interpretar el bolero “Contigo en la distancia” que hiciera popular Luis Miguel.

Christina dejó claro que es una mujer fuerte y que no sólo es una canción de su repertorio (“Fighter”): hizo un tema que aboga por el respeto a la mujer (“Fall in line”) y mostró imágenes de protestas feministas además de una entrevista de Cher donde deja claro que no necesita un hombre para ser alguien.

Antes de terminar su show interpretó los dos temas que la catapultaron como defensora de su género y de la comunidad LGBTTI, “Fighter” y “Beautiful”.

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