Hubo un tiempo en que Rob Schneider renegó de la comedia. El actor, considerado uno de los máximos exponentes del género, decía que ya quería acabar con su lado tonto y hacer algo más dramático.
Ahora recuerda de buen humor lo que llegó a pensar hace unos años.
Su esposa, la mexicana Patricia Maya, le decía que no cualquiera podía hacer a la gente pasar un momento alegre. Le hizo caso, aunque aún ahora el histrión piensa que, para mucha gente, cualquiera puede hacer comedia y no es algo que deba reconocerse.
“Todos creen, con certeza, que tienen un buen sentido del humor y sí, todo lo hacen, pero no todos pueden (demostrarlo). No hay comedias en los premios de la Academia (el Oscar), porque piensan que es fácil y es porque no las entienden. He visto a actores famosos y premiados y admiten que no pueden hacerla. La comedia es como un diamante, si lo cortas bien, sale maravillosamente”.
Actualmente Rob está en salas mexicanas con ¡Qué viaje con papá!, su tercer largometraje como director y su número 38 como actor.
Lo hace en plan familiar, es su primera incursión en el cine que pueden ver adultos y niños, su esposa es la escritora y Miranda, su hija mayor, la coprotagonista.
La trama pone a un hombre que promete a su pequeña irse de vacaciones.
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