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El chef mexicano Sergio Camacho se ha especializado en la cocina con temporánea pero, aun con toda su experiencia, prestigio y conocimiento, acepta que hay alguien a quien no ha podido superar en la cocina, a su abuelita.
“Los romeritos con mole es un plato que me recuerda a mi familia, a mi abuela; al final, aunque tenga muchas horas de vuelo, encontrar la sazón que tenía ella es imposible, son platillos como los de Ratatouille (película animada de 2007)”.
Esta fue una receta que trató de replicar en su programa La cocina de los recuerdos, que se estrenará mañana por El Gourmet, con un capítulo de estreno de lunes a viernes.
“Hubiera querido que ella me lo sirviera pero le echamos las ganas, al final la comida nos une y el recuerdo siempre nos tiene a la mano. Es verdad que nuestras tías, nuestras abuelas y madres, cocinaban con un dejo de amor y cariño, le dedicaban un tiempo especial a los platillos y más para la gente que querían”.
El chef explicó que la idea de este programa nació al recordar que en México la forma en que se cocina un platillo se pasa de generación en generación como si fuera una herencia, de la abuela, a la madre, a las hijas o a la gente que se quiere.
"Uno como chef ya tiene su estructura culinaria, nuestra idea de trabajo, pero siempre cuando uno regresa a las recetas caseras, va encontrando que no todo es técnica sino que también hay mucho cariño, desde la forma de pelar una almendra, tostar un chile o hacer la salsa en molcajete y no en licuadora, ahí está ese factor que hace que estos platos, aunque sean caseros, se vuelvan tan especiales y únicos”.
Esta no es la primera vez que Camacho colabora con El Gourmet, ha realizado con este canal programas como Menú de ideas, Buenos sabores, Buenos deseos, y De chile, mole y pozole, pero aseguró que lo que hace diferente a La cocina de los recuerdos es el contacto que tiene con la gente; en cada capítulo platicará con alguien sobre su manera de hacer un platillo, además de alguna que otra anécdota y luego tratará de replicar esa receta en el estudio.
“Si bien hago cocina de vanguardia, esta no se puede entender sin la cocina del día a día. Para mí hacer estas recetas, más que un reto, fue un privilegio, porque para realizarlas tuve que volver a preguntar a familiares, a la gente que en la cocina convivimos a diario, a las mayoras (cocineras que resguardan las recetas tradicionales); esto fue para mí volver a lo básico y pasarla muy bien”.