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Luego de escudriñar los miedos que genera la maternidad, reflejados en Huesera, la cineasta Michelle Garza Cervera prepara su segundo cinta e n donde el terror estará provocado por la violencia intrafamiliar.
En esta ocasión se encuentra de la mano del productor Julio Chávezmontes, cuyo filme que co produjo, El triángulo de la tristeza, estuvo nominado en la reciente entrega del Oscar, además de que en 2021 su historia Anette triunfó en Cannes 2021.
Palizada, título del proyecto, contará la relación de una abuela y su nieta, adelanta Garza Cervera, “tiene que ver con temas de invasiones intrafamiliares, estas cosas de violencia que a veces llevamos a cargo sin darnos cuenta con nuestra propia familia y gente que amamos, pero vista desde el terror”, indica.
“Hay como un concepto, una idea, de que todas las familias son felices, pero realmente sabemos todos que las familias son mucho más complejas. No hay blancos y negros, no es bueno y malo, de lo que habla es de cómo este sistema capitalista en que vivimos transforma a las personas y la ambición y el dinero a veces toma mucho control”.
Palizada se rodaría durante el primer trimestre de 2024, por lo que ya se encuentra realizando el casting para elegir al elenco. Mucho equipo creativo con ella en Huesera, repetirá en éste.
Huesera, que fue vista unos 800 mil espectadores durante su corrida comercial, fue la película más nominada en la reciente entrega del premio Ariel, que anualmente otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. De las 17 posibilidades con que inició la premiación, se quedó con cuatro galardones, entre ellos Ópera Prima y Guión Original.
La película sigue su corrida internacional, pues acaba de ser lanzada en cines de Tailandia y estará en certamen en Cuba.
Michelle estudió en el Centro de Capacitación Cinematográfica, donde era “la rara” por gustarle el horror y estar tatuada.
“Ahora ya varios están viendo que el horror sirve para contar cosas profundas, como en Huesera, el miedo que genera la maternidad y es tema tabú”.
¿Y duerme bien? Sí, pero cuando tiene pesadillas, dice, las tiene potenciadas: “Una vez, de niña, escuché soñando a mi padre llorando. Desperté y mis papás durmiendo”, apunta.