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Querétaro.— Si la gente generalmente se impresiona con los guerreros espartanos y romanos, ¿por qué no hacer que un azteca tenga el mismo efecto y, además, combatiera el mal?

Con esa idea, Eduardo Yair Pérez creó a Koatl el inmortal, cómic en donde el personaje central es inicialmente un niño indígena, de comunidad marginada.

“Es un rescate cultural, queríamos lograr que la gente viera lo prehispánico como algo cool, impactante, como cualquier otra cultura. Cuando se habla de otras la gente dice: ‘wow, pero guácala los aztecas’, se tiene esa fea percepción sobre nuestro propio patrimonio cultural”, considera.

“Siempre fui fan de los superhéroes y pensé entonces que se debía contar una historia incorporando estos elementos, tratando de apegarnos al contexto original”, añade.

Hasta hoy, la difusión y ventas de Koatl el Inmortal se ha dado por internet, llegando a países como Colombia y Estados Unidos. Además de la historieta, se han producido figuras y juegos de cartas alusivos.

En junio saldrá el nuevo número del personaje, que pelea en San Luis Potosí.

“El personaje originalmente es un chavo marginado en la huasteca potosina y escapa del hogar; como esa zona es selvática cae en un gruta donde descubre vestigios de un templo sagrado, el Dios Quetzacóatl se manifiesta, le comparte una pequeña cresta que sale de su lomo y entonces el chavo adopta la forma del guerrero serpiente.

“Pero el dios tiene muchos enemigos ancestrales y este debe pelearse contra todos esos seres, además de tratar de ser un héroe para su ciudad. Quería que este personaje no volara, sino que escalara para así dibujar la arquitectura barroca, los templos y techos”, expresa Eduardo Yair.

El creador espera que en algún momento se pueda hacer una serie animada o película, aunque sabe, el personaje debe tener más impacto entre el público.

Koatl, quien estuvo presente en la CONQUE, el encuentro de cómics y entretenimiento que se realizó el fin de semana en esta ciudad, tiene además la capacidad de purificar espíritus enemigos y, mediante el poder de tocar objetos.

“Es donde viene el rescate de nuestra cultura, toca una artesanía y ve donde estuvo miles de años atrás.

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