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Para todo hay tiempo y Karla Castañeda se creó un espacio en Pinocho, la cinta que dirige Guillermo del Toro, y para realizar el diseño de producción de Fantasmas, la última pesadilla.
La animadora tapatía, conocida por sus cortometrajes en stop motion La Noria y Jacinta, ganadores del premio Ariel, ha supervisado la construcción de set en dos distintas épocas, para la historia de terror protagonizada por Susana Zabaleta.
Fantasmas, la última pesadilla sigue a una mujer que vivió en los años 50 y reaparece como espectro 20 años después, habiendo personajes con lazos en común. Giuseppe Gamba y Ricardo Fastlicht integran el reparto bajo la dirección del debutante Ian Martín.
“Son dos proyectos diferentes, en donde en los dos estoy involucrada en Arte y Diseño de Producción, que es algo que me apasiona. Por otro lado, el timing fue justo, ya que mi trabajo desarrollado para Fantasmas se hizo previo a iniciar Pinocho, así que pude entregarme de lleno a ello”, comenta Castañeda.
“En este caso, había una propuesta fresca con gran libertad; tiene toques fantásticos, de terror y de comedia, por lo cual hay atrevimientos formales incluso a nivel arquitectónico, que sin llegar a ser tan exagerados, hay una ruptura con las líneas paralelas, con un predominio de una angulación en puertas, paredes, ventanas”, agrega.
Fantasmas, la última pesadilla contará también con virtual production, tecnología ocupada en producciones como The Mandalorian, la cual permite armar fondos virtuales sin la necesidad de posproducción, a la vez que el director puede estar viendo el acabado final.
La creativa comenta que los set estuvieron acorde a la visión del realizador, buscando que cada uno aportara a los personajes de las distintas épocas tocadas.
“Fue un viaje a la psicología de cada uno de ellos, en una diversidad de épocas, intereses, historias de vida, y el reto fue transmitir esas psiques al edificio”.
Fantasmas es su primer cinta como diseñadora de producción en live action, pero ha trabajado en otros donde están involucrados actores sometidos a la técnica que se llama pixilación, que es contar una historia animando a los actores cuadro por cuadro, como en el filme Inzomnia, de Luis Téllez.
