Juanes es consciente de que en los últimos años se había alejado de los temas políticos y sociales que lo distinguieron en los inicios de su carrera.
El nacido en Medellín pasó de cantarle a la desigualdad en el tema “Fíjate bien” (2000) o a la necesidad de un cambio político profundo en Colombia, como hizo en 2014 en “Mil pedazos”, a internarse en el ritmo del reggaetón y la fiesta buscando entrar en los tops musicales.
En la etapa que atraviesa hoy, explica, su brújula viró hacia otro rumbo, teniendo como resultado su más reciente disco Vida cotidiana con el que este 19 de octubre llegará al Auditorio Nacional, tras cuatro años.
“Sé que, si quieres estar en el primerísimo lugar, tienes que hacer reggaetón, o algo que esté de moda con algún artista de moda, pero esa no fue mi inspiración para hacer este último disco, quería mostrar la parte profunda de mi alma y de compartir mis canciones desde lo más sincero”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.
“Yo moriré en algunos años próximos, pero esas canciones quedan grabadas para siempre, y eso para mí es parte de la manera como yo veo la música hoy en día: a pesar del hiperconsumo y de todo lo que sucede, quiero hacer la música lo mejor posible, no pensando en la tendencia, sino en la calidad de la canción, y en la humanidad”.
Las canciones que componen Vida cotidiana (que se lanzó el 19 de mayo de 2023) fueron escritas en el contexto de la pandemia, donde en la soledad y la cercanía con sus seres queridos, Juanes comenzó a pensar que era un buen momento para volver a lo que había hecho en sus orígenes, a no buscar estar en el top con reggaeton como en canciones como “Fuego”, junto a Nicky Jam, y concentrarse mejor en lo que estaba sintiendo.
“Son canciones que realmente hablan de lo que era mi vida en ese momento, de relaciones personales con mi esposa, con mis hijos y también mías con el mundo, de todo lo que significan los desencuentros con las personas que amas, pero también esa capacidad de reconciliarse y de pedir perdón, de sentirse vulnerable y de seguir adelante, sin olvidar la parte social, sobre las cosas que de alguna forma me tocan a mi país o del mundo”.
Tras verse obligado a permanecer en su casa debido a la pandemia, pero también con la convulsión política de Colombia de los últimos años, la perspectiva de hacer música cambió para Juanes.
“Todo se tornó extremadamente violento: policías asesinaron jóvenes y gente civil intentaba quemar a los policías y se creó como una guerra súper oscura, rarísima; nunca me había tocado algo así en el país”.
Se refiere a lo ocurrido en mayo en su país cuando, además de haber elecciones regionales y presidenciales, se celebró el Día Internacional de los trabajadores, con una manifestación que terminó en tragedia.
“Me marcó muchísimo, porque a pesar de que todo comenzó como una esperanza, una marcha normal de manifestación llegó a un lugar bastante heavy. Por eso hablé de cómo hemos cambiado, cómo no somos los mismos de antes, cómo es cada vez más difícil, pero aún así lo que queremos es una vida mejor, un mundo mejor; todas las personas, independientemente de la clase social, política, económica, lo que sea, al final buscamos lo mejor”.
La violencia y el conflicto prolongado entre el gobierno y Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que desembocaron en los Acuerdos de Paz, donde se descubrieron otros problemas, también estaban entre las preocupaciones que el intérprete de “La camisa negra” plasmó en su música.
“La ‘Canción desaparecida’ coincide con una cantidad de testimonios que empezaron a salir a la luz en Colombia, en los últimos dos o tres años. Debido a los acuerdos de paz, se empezaron a escuchar los testimonios de exparamilitares, expolicías, exsoldados, sobre cómo habían desaparecido a muchísimas personas y cómo lo contaban frente a los padres de familia”.
“Eso me tocó mucho”, reconoce el músico, quien se dio cuenta de que hacía mucho que no escribía una canción social que abonara a la historia.
“Quieroque quede como parte de la memoria de este momento de mi vida”.