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Si ha habido alguna vez en que las pesadillas asediaron a José Fors, vocalista de La Cuca, fue cuando se atrevió a decir que sí a actuar en una película.
El intérprete de “Cenit” y “El son del dolor” aceptó la invitación de su amiga Sandra Solares para protagonizar "Ni tuyo, ni mía", comedia romántica en el papel de un músico callejero, quien un día conoce a una ejecutiva que le informa que es engañado por su pareja, con la de ella misma.
“Las pesadillas eran diurnas”, bromea Fors.
“Yo fui muy malo en la escuela con todo lo que tuviera que ver con disciplina, nunca me salieron bien y el cine la requiere. Pero Xan (Sandra) me daba chance de decir (los diálogos) a mi manera, para mí lo importante era entender qué era lo que estaba diciendo y no usar exactamente las palabras que estaban escritas, claro, a veces sí me la jalaba, y ella entraba a decirme que me apegara al guión”, agrega divertido.
El Tianguis del Chopo y la Plaza de Santo Domingo fueron dos de las locaciones requeridas por el largometraje rodado por completo en la Ciudad de México y que se estrena este fin de semana en las salas nacionales de cines.
El vestuario del cantante fue mitad proporcionado por la producción y el resto extraído de su guardarropa.
La realizadora, en tanto, destaca que una cosa es filmar en el Chopo y otra, acompañada de Fors, pues la gente quiere estar cerca de él y tomarse fotos. Entonces acordaron que primero se les dejara rodar las escenas y después daría todos los autógrafos que se quisieran.
“La banda se portó amable. En Santo Domingo (donde el personaje canta en varias escenas) todo estaba más controlado, los que se ven ahí son nuestros extras, en el Chopo tratábamos de que nuestra gente sí rodeara a Fors y la cámara para que alguien no se atravesara”, cuenta Solares.
"Ni tuyo, ni mía" compitió en el pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara donde encontró comentarios favorables. Los diálogos incluyen mensajes populares como el que la gente no cambia sino que se da conocer o que el personaje de Barros en su juventud era divertida y el tiempo fue modificando su conducta.
“Es comedia y nos reímos, pero hay momentos de infidelidad, sentimientos, reflexión, amistad que sale de un lugar medio empantanado”, considera Solares.
“Todos, en casos así, debemos asumir la responsabilidad; no decir ‘tú me hiciste esto a mí, que soy lo máximo’, la diferencia está en cómo sale adelante de una infidelidad”, añade Barros.