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Al año Joaquín Cosío estrena entre tres y cuatro proyectos cinematográficos y, sin ser en muchos de ellos el protagonista, el actor mexicano es uno de los rostros más conocidos del país.
El 13 de febrero regresa en la segunda temporada de "Narcos México" al lado de Diego Luna, con el papel de Ernesto Don Neto Fonseca Carrillo, luego estrenará Esperando al Gordo, Lecciones para canallas, La venganza de Mascarita, la serie Gentefied, mientras que para 2021 Escuadrón suicida 2 junto a Margot Robbie e Idris Elba.
¿Cual es el secreto para que sea uno de los histriones más productivos en la industria?
Cosío confiesa que quizá sea no tener miedo a hacer películas comerciales y de autor o independientes por igual, al mismo tiempo que los mezcla con papeles entre México y Estados Unidos.
“Siempre he creído que el actor quiere trabajo y en esta profesión tienes que aprovechar las buenas rachas; yo las he aprovechado, sea en México, Estados Unidos o donde me inviten. Creo que a veces debemos ser más abiertos, a mí me gusta actuar y no me pregunto si la película es un blockbuster o una independiente, si me gusta el personaje lo hago y ya. No creo ser un actor de algo en específico”.
Joaquín comentó que cada vez está más tentado a ir a Estados Unidos pero México aún lo reclama, pues las numerosas cintas y directores que producen películas lo buscan y él no se fija en si el director es conocido o debutante.
El actor que este año estuvo en la cartelera nacional con "Rambo: the last blood" detalló que su faceta como padre también lo ha hecho virar hacia otro lado a la hora de escoger proyectos, tal como lo hizo hace un mes con el estreno de la cinta Klaus, de Netflix, en la que dio vida al bonachón Santa.
“Mi hijo ya tiene siete años y puedo decir que sigo igual de conmovido y enamorado de él como la primera vez que lo vi cuando nació. Estoy trastornado de amor por él y pienso ahora si las cosas que hago le podrían gustar y qué le aportarán, por eso me he interesado en hacer cosas infantiles”, confesó.
Para Cosío ser padre le ha dado el valor e interés de entrar en el mundo de las producciones infantiles, siempre y cuando apuesten por la unidad, pues comentó que estar en la cinta animada le enseñó que los grandes cambios en el mundo, sociales y políticos, sólo se lograrán mientras la educación de los niños cambie.
“La responsabilidad de los adultos es cuidar a los niños, y el cine o la tv también de alguna manera los educan; como actores tenemos que ver por eso. Ellos tienen una capacidad de amar al otro, sin importar quién ni de dónde viene, es una cualidad, un don y una capacidad, que después se pierde porque se corrompe”, expresó.
En su paso por diversos lugares en el mundo, Cosío señaló que, a pesar de que el mundo pareciera estar a punto del colapso y convulsionando, ha observado actos de bondad que aún le hacen creer que los problemas que existen se pueden solucionar.
“Todos quisiéramos un mundo mejor y que los demás no padecieran y sufrieran lo que nosotros; el día entero está lleno de gestos solidarios, también hay desgracias y mala voluntad, pero hay pequeños detalles como uno que vi en Georgia: un vagabundo en el centro de la ciudad compartía su abrigo con una mujer cuando bajaron las temperaturas; eso lo traigo en la cabeza porque me conmovió, ya que un hombre sin recursos, sin nada, que comparte algo que él necesitaba, se lo dio a una mujer con problemas mentales, esos son los gestos por los que debemos pensar que la vida aún tiene sentido”.