Espectáculos

J Balvin vibra en EU con su gente latina

El cantante colombiano llevó su reggaetón a Chicago, donde hizo bailar sin parar en un solo ritmo

Foto: Instagram / J Balvin
15/10/2018 |00:02
Redacción
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nora.marin@eluniversal.com.mx

Chicago.— Da igual si son de México, Colombia, Perú o Costa Rica, en la Allstate Arena todos son uno solo, al menos por dos horas. A través de su Vibras Tour que hace parada en esta ciudad, J Balvin convoca a la reunión latina a los que están lejos de la tierra querida y quieren sentir un pedazo de ella

Afuera cinco grados centígrados, adentro, unos 30; afuera, chamarras, abrigos y gorras; adentro, vestidos cortos y entallados, minifaldas, jeans y camisetas que estuvieron cubiertos hasta las 21:20 horas cuando apareció en el escenario el reggaetonero colombiano.

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Hubo tiempo para calentar el lugar; la presencia de un abridor y un desfile de dinosarios inflables –el gusto que se dio J Balvin en esta gira— hicieron que el público se entusiasmara y llenara el lugar con capacidad para 12 mil personas.

José Álvaro Osorio, su nombre real, sabe cómo hacer vibrar a los suyos. Arranca con un apapacho: “Mi gente”, suficiente para provocar los alaridos de aquellos que hablan y cantan en español, y que no se volverían a sentar hasta el final.

Con atuendo negro y tenis blancos marca los pasos a seguir, nadie se queda atrás; ocho bailarines y un dinosaurio gigante en medio del escenario lo acompañan. La arena se mueve a un mismo ritmo: “Si necesitas reggaetón dale, sigue bailando mami no pare, acércate a mi pantalón dale…”

Una pareja se la toma en serio; baila, perrea y seduce en su propio universo; no existen otros 12 mil, ni dinosaurios, nada. Sólo su ídolo Balvin, en el escenario, cantando “No es justo”, “Machika”, “Si tu novio te deja sola” y “Otra vez”.

Balvin se escabulle y reaparece vestido de amarillo y negro en otro escenario ubicado al centro de la arena y con dos invitadas de entre el público. No desaprovechan, él les da permiso y a perrear se ha dicho.

La fiesta hierve. “¿Dónde está mi gente?”, pregunta como si hiciera falta saber. “¿Dónde están los latinos orgullosos de nuestra herencia?” La respuesta es una y hace cimbrar al recinto, seguido de un compendio de diversos y energéticos temas latinos.

Un sostén negro que contrasta con su atuendo blanco le cae al reggaetonero; lo presume orgulloso y busca a sus fans.

“¿Dónde están los costarricenses?, ¿dónde están los mexicanos?”; la arena enardece. “¿Dónde están los dominicanos, venezolanos, peruanos?”, “¿dónde están los colombianos?”, y la respuesta que ni de broma llega a la de los chilangos.

Balvin se despide; la pareja bailadora no se da cuenta, pero escucha “Ahora dice”, “Ay vamos” y “Sensualidad”, y sigue su seducción.

En el escenario, el cantante, que no ha parado, trae de nuevo a sus dinosaurios y él desaparece en un huevo gigante. La fiesta latina termina; colombianos, mexicanos, peruanos, dominicanos no lo creen, aún tienen batería “¿por qué tan pronto?”

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