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Su estilo cínico, siempre elegante y su condición física poco convencional consolidaron a Humphrey Bogart como el eterno galán de Hollywood, a pesar de haber comenzado con dificultades por no cumplir con los estereotipos de belleza de los años 30.
Humphrey fue considerado por el Instituto Estadounidense del Cine (AFI por sus siglas en ingles), como la primera estrella masculina más importante de los primeros años del cine estadounidense.
Nació en la Navidad de 1899 y para festejar lo que sería su aniversario 123 recordamos su influencia en el cine.
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Hijo de un cirujano y una ilustradora de buena posición económica, su pasatiempo de joven era organizar obras de teatro con sus compañeros de escuela, se interesó de manera formal en esta profesión tras conocer a William Brady, hijo del productor de teatro William A. Brady.
Después de dejar el internado, donde sus padres esperaban que se convirtiera en un médico, fue a la Primera Guerra Mundial como marino y a su regreso se encontró con su familia en bancarrota, fue así que comenzó a trabajar como administrativo en la empresa del padre de su amigo Brady: World Film Corporation.
Por sus características físicas no era considerado para los papeles principales de las obras de Broadway en las que comenzó a participar a los 23 años, no era rubio, de ojos claros con nariz aperfilada y sonrisa perfecta.
Humphrey tenía ojeras, era moreno y rara vez sonreía, pero tras participar en más de 15 puestas en papeles secundarios, su fama llegó cuando dio vida al gangster Duke Mantee en “El bosque petrificado”, una obra que se llevó al cine en 1936 y a petición del actor Leslie Howard, Bogart repitió el papel en pantalla, convirtiéndose así en uno de los protagonistas de la famosa película de la época.
En 1941 se consagró con “El viejo refugio” y más aún con “El halcón Maltés”, pero la aclamación internacional llegó cuando protagonizó junto a la actriz Ingrid Bergman la cinta “Casablanca”, una de las más grandes historias de amor de la cinematografía mundial.
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Como Rick Blaine interpretó a un estadounidense amargado que administra el local nocturno más popular de Marruecos: “Casablanca”.
La trama se centra en su encuentro con Ilsa Lund, una mujer con la que tuvo un romance anteriormente y debe elegir entre ayudarla o no. IIsa, por su parte, intenta escapar de la ciudad con su esposo, quien es uno de los líderes de la resistencia anti nazi.
La cinta ha sido una de las mejores valoradas del cine y ganó el premio Oscar a mejor película en 1943. Hoy es uno de los clásicos más alabados por los críticos y la cinta que consolidó a Humphrey como el galán de Hollywood rompiendo estereotipos.
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