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Querétaro.— En la nueva entrega de Spider-Man, Tom Holland y Jake Gyllenhaal podrán ser enemigos, pero en la vida real bromean continuamente entre ellos.
Así, Tom, quien da vida al arácnido, dice que su compañero, responsable del villano Misterio, le rogó para estar en el filme que estrena en julio.
Y Jake recuerda que su traje debía iluminarse, por lo que en una escena dramática parecía luz de discoteca.
“Es una película divertida”, exclama Tom durante un encuentro con fans en la CONQUE, que se realiza en esta ciudad.
Ambos arribaron fugazmente a México para promover Spider-Man: lejos de casa, aunque con el cuidado de no tirar spoilers que dañen la sorpresa del largometraje dirigido por Jon Watts.
Es más, el encuentro de más de 40 minutos con los asistentes, quienes soltaron las preguntas, fue más para hablar sobre su sensación de estar en Querétaro, la vez que comieron en un restaurante días antes de anunciarse que trabajarían juntos y para agradecer al público.
“Si escucho que dice algo (del filme) lo que haré es taparle la boca”, bromea Jake, estrella de Secreto en la montaña.
“Me dieron el libreto con diálogos rayados y luego leía escenas y ya no estaban después”, reitera Tom, señalado en varias ocasiones de filtrar información, sin querer, de las producciones en las que participa.
Así que cuando le preguntaron sobre los aportes que hizo al traje de la cinta, Tom respondió que fue un cierre.
“Lo solicité para ir al baño, pero no lo hicieron (risas), en la primera película no había manera de que fuera al baño sin quitármelo, ahora era un ojo el que se quitaba para poder tomar agua”, bromea.
Y recuerda que en las escenas de acción su doble de riesgo le recomendó usar rodilleras y espinilleras como protección, a lo cual se negó inicialmente.
“Hice la escena, brinqué y auch, dije que llevaran las espinilleras”, dice entre risas.
“Me preparé aprendiendo a volar y aún no lo logro”, dice Jake.
Tom asegura que si pudiera elegir representar a un villano, sería Loki, mientras que Jake al poderoso Thanos.