Emiliano Aguilar, el hijo mayor del cantante mexicano Pepe Aguilar, está decidido a trazar su propio camino en el mundo del entretenimiento, optando por un enfoque más independiente que el de sus hermanos Ángela y Leonardo, que, al igual que su padre, se dedican al género regional mexicano.
En lugar de aprovechar el prestigio de su apellido, Emiliano ha trabajado como albañil y plomero, enfrentando dificultades económicas sin solicitar la ayuda de su padre, a pesar de que muchos le han sugerido que lograría el éxito más fácilmente con solo levantar el teléfono y llamarlo.
En una entrevista para el canal de YouTube "GAFE423", el intérprete de "El bandido" se sinceró sobre su experiencia: “Trabajaba de plomero en Estados Unidos y en construcción. Andaba abajo de las casas haciendo todo ese rollo y es un jalesote. Es todo un jalesote hacer esa madre. Te levantas a las ocho de la mañana y te avientas todo el día haciendo una zanja acá machín,” detalló. Añadió que en ocasiones, cuando comenzaba a trabajar, se vio en situaciones tan complicadas que tuvo que suplicar para no perder su vivienda.
“Nunca le he pedido ni un centavo a mi papá, así como de ‘ay apa, préstame, no sé, 500 pesos, o préstame, 500 dólares, o lo que sea’. No, nunca le he pedido,” confesó.
Respecto a su incursión en el mundo del rap, Emiliano admitió que, pese a pertenecer a una dinastía reconocida, su trayectoria no ha sido tan fácil. “Todos realmente sí piensan que nací en cuna de oro. Porque sí checo los comentarios (en redes) porque sí me dicen ‘Ay ni él se la cree que es de barrio’ y pues yo lo entiendo completamente,” explicó.
Emiliano también reconoció que la percepción de la audiencia se basa en los lujos que ha mostrado y por ser hijo de Pepe, aunque aclaró que no pretende presentarse como un “malandro” y dar una imagen que no es. “Simplemente es una etapa de mi vida que viví, ¿sí me explico? Y la raza piensa que no es cierto, cree que solo estoy haciendo esto por show,” dijo.
Comparó su situación con la de otros raperos de su disquera, quienes no enfrentan las mismas críticas por el tipo de música que hacen.
“Si ellos empiezan a rapear de barrio, nadie los cuestiona; entonces, para mí, mi apellido es una bendición y una maldición al mismo tiempo,” expresó.
Desde su perspectiva, su apellido le ha abierto puertas hacia algunas mejores oportunidades, sabe que tiene una experiencia distinta a la de aquellos que intentan hacerse un nombre desde cero. Sin embargo, también ha sido objeto de críticas que cuestionan su capacidad para hacer música auténtica. “Piensan que nací allá y pues no es así,” reiteró.