Para el actor Ricardo Margaleff la comedia ha evolucionado y lo seguirá haciendo hasta regresar a sus raíces, por lo que consideró que los artistas deben adaptarse a las nuevas exigencias del público, pero teniendo cuidado en no ofender, ni tratar temas delicados.
“La comedia ha dado un giro importante en el sentido de que ya es más difícil hablar de ciertos temas sin herir susceptibilidades, lo cual es respetable porque la gente está en su derecho de no querer algunos temas”, señaló.
Desgraciadamente, dijo, la comedia a través de los siglos se ha basado justamente en reírse de la desgracia ajena y hoy un tema que es mejor no tocar es la religión, porque se pueden tocar fibras muy sensibles.
“Lo que nos provoca la risa es la tragedia en el otro, la caída y, aunque sí nos podamos preocupar, eventualmente hay una carcajada, nos da risa, porque así es el sentimiento visceral del ser humano.
“Los grandes programas de comedia en tv son unos dramones, pero la narrativa en la que se cuenta los hace ser muy divertidos”, señaló quien protagonizó el programa de comedia ¿Tú crees?, que ayer concluyó la temporada.
Experto en el terreno, afirmó que el género de la comedia le parece uno de los más difíciles de interpretar porque el resultado tiene que ser inmediato, por ejemplo, si en el melodrama la gente no llora no pasa nada, pero indicó que si en el humor no se logra hacer reír, hay un tenue o ligero fracaso.
Por lo pronto, divide su tiempo en hacer su show de stand up comedy, en donde aborda temas que le suceden en su vida cotidiana, pero también se ha especializado en la comedia familiar en lo programas Me caigo de risa, Una familia de 10 y el spin off ¿Tú crees?
Cuando recibió la invitación de Jorge Ortiz de Pinedo para interpretar a su hijo, en estos dos últimos shows, empezó a crear su personaje, basado en el clown, con mucha comedia física.
“Yo quería que tuviera mucha fisicalidad importante cómica, que se utilizara el clown, que también es un estilo de comedia que estudié. Construí este personaje como si fuera un payasito de semáforo, en donde el pelo es chino abultado, con corbatas grandes que eran de mi papá y ropa muy grande”.
El abuso del uso del lenguaje tiene que ser muy cuidadoso, mencionó, debido a que esto marca un estilo como humorista.
“No me parece mal quienes hacen chistes groseros, para todo hay público, hay gente a la que le gusten las peladeces o no, o bien, que no sean tan sensibles.