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Público de distintas edades se dio cita la noche del lunes para escuchar la voz de Damien Rice en El Plaza Condesa. Más allá del talento que tiene el músico irlandés, la atmósfera nostálgica, emocional e introspectiva que se creó desde antes de que saliera al escenario fue el preámbulo perfecto para la velada.
Con sillas que marcaban la fila y los asientos numerados incluso en donde usualmente el público está de pie, y luces tenues que dejaban ver sombras de los instrumentos colocados estratégicamente sobre el escenario, además de una cantidad constante de humo que de momentos parecía una ligera neblina, Rice salió a escena minutos después de las 21:00 en medio de aplausos y chiflidos.
Con un modesto “hola”, Rice creó una conexión instantánea con su público, además de tocar sus instrumentos, tiene esa cualidad de que al escucharlo en vivo su voz suena idéntica —y a veces aún mejor por la nota que es capaz de alcanzar— que la de sus discos.
La lista de canciones no decepcionó, ya que, si bien muchas de sus canciones fueron ligeramente coreadas, hubo también quien sin importarle la pena, soltó unas cuantas lágrimas al escuchar sus letras cargadas de dolor y amor.
Canciones como “I remember”, “Rootlest tree”, “The gratest bastard” y “The blower’s daugther”, uno de sus más populares temas, fueron parte del repertorio con el que el músico brincaba de un instrumento a otro.
Por momentos, el público se concentró más en escucharlo que en verlo, ya que parecía desaparecer al dar unos pasos hacia atrás, dejando ver únicamente la silueta de él con su guitarra. Pero también sorprendió en otros momentos al cantar mientras tocaba su piano.
Aunque fueron pocos los momentos en los que el cantante haría pausas para hablar con el público, no por ello dejaron de ser menos valiosos. Desde las pocas palabras que dirigió en español, causando hacer sonreír a algunos, hasta sus explicaciones del amor, Rice sorprendió al subir al escenario a una fan para que cantara a su lado, quien, pese a su nerviosismo, fue felicitada por el músico y aplaudida por el público.
Luego de su sold out en la CDMX, Rice viajó para cantar ayer por la noche en Guadalajara y después seguir por otros escenarios en Bogotá y Nueva Orleans.