La noche del Grito hizo honor a su nombre. Por un lado, el Grupo Frontera logró sacar de miles de gargantas las mejores notas, eliminando los límites musicales y hasta geográficos. Del otro, un coro contundente de “¡Fuera, Fuera!” resonó como rechazo a la agrupación juvenil Yahritza y Su Esencia.
La penúltima celebración del Grito de Independencia del presidente Andrés Manuel López Obrador prometía acabar con esa división. El mandatario decidió convocar a dos grupos de origen estadounidense pero con raíces mexicanas, lo que había generado conversaciones en la plancha.
Semanas atrás, Yahritza y Su Esencia habían recibido fuertes críticas por declarar su predilección por la comida rápida por encima de la gastronomía mexicana; así que se esperaba el rechazo o el perdón hacia los jóvenes.
Pero fue el primer sentimiento lo que quedó en evidencia cuando, a las 20:45 horas, la banda salió al escenario en solitario.
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Los gritos de rechazo se hicieron sentir en la plancha, pese a que buscaron ser apaciguados aumentando el sonido del audio en lo que terminó siendo una presentación accidentada, además, por la lluvia.
Sólo una canción duró su presentación, “Frágil”, para dar paso nuevamente al ensamble de semilleros juveniles que continuaron haciendo un repaso cultural de distintos estados de la República.
No se supo si la breve presentación se debió a la exigencia del público en el Zócalo para que el grupo no saliera o si estuvo planeada desde un principio, o si la lluvia fue un factor importante.
A las 22:00 horas, en las bocinas se escuchó un latido de corazón seguido de las voces de los integrantes de Grupo Frontera, quienes fueron recibidos con gritos y emoción del público.
El grupo liderado por el mexicoamericano Adelaido “Payo” Solís, interpretó temas como “No se va” y “Di que sí” y “El rey”.
“Esto es un sueño cumplido para nosotros” y “Qué público tan chingón”, fueron algunas de las palabras de “Payo”.
La banda, que tuvo como invitado a Manuel Turizo, había sido la más esperada pese a que un cielo gris impenitente arrojó lluvia sobre el Zócalo e hizo que los vendedores ambulantes fueran los protagonistas. A partir de las 18:43 horas fue cuando el Zócalo se transformó y las luces alusivas a las Fiestas Patrias encendieron el entusiasmo.
La plaza se iluminó y centenares de celulares emergieron de entre la multitud. Selfies aquí y allá. Todos querían capturar el momento donde el Zócalo se vestía de fiesta; lo que se mantuvo hasta momentos previos al Grito.