A Lyn May la belleza le ha sonreído, pero también la ha deslumbrado. La vedette reconoce que entró al mundo del espectáculo como método de supervivencia , para ganar dinero y mantener a sus hijas y su madre, pero poco a poco se enamoró de la profesión.
Durante su carrera ha participado en más de 40 producciones de teatro y televisión, donde destacó por su talento como actriz y bailarina, además de su figura y carisma, que pronto se vieron amenazadas por gente que la convenció de inyectarse sustancias químicas aún cuando era muy joven.
“Cuando me empecé a poner aceite no tenía idea, tenía 25 años, no lo necesitaba, pero llegó una mujer a decirme que me iba a ver más guapa, que iba a quedar más bonita y con tal de ganar dinero me engañaron, me inyectaron y me fue de la fregada”, cuenta May en entrevista.
A sus 68 años la intérprete ha decidido alejarse de todas las cirugías estéticas a las que en el pasado recurrió y hoy prefiere métodos naturales para prolongar su belleza. Todos los días practica ballet clásico , va al gimnasio y asegura que se alimenta bien.
La salud se ha vuelto una de sus prioridades, pues todavía es el apoyo de su madre, quien tiene 92 años y depende de ella. Nada queda de aquella mujer que durante años se inyectó botox , pues a sus 68 años ya lo considera un perjuicio.
“No me estoy poniendo, sino me estoy quitando, ya no me pongo, porque al contrario, ya ahorita debo cuidarme porque soy mayor, porque tengo una madre que cuidar y tengo que estar sana para ella, para mimarla, darle todo y entonces me tengo que prolongar yo”, afirma.
“Mi madre, mis hermanos, mis hijas, para todos ellos tengo que estar sana, para que me vean, que me porto bien, no le hago daño a nadie y que soy para ellos”, agrega.
Durante la pandemia, al igual que muchas personas se enfrentó a sentimientos como la ansiedad, la depresión y los nervios, eso le provocó gastritis , por lo que su hermano le recomendó comenzar a tomar sábila, un ingrediente conocido por sus beneficios anti irritantes y contra las arrugas.
“Las cáscaras de la sábila me han ayudado mucho, la licuó, me la tomó y las cascaritas me las pongo en la cara y en el pelo”.
May quiere dejar atrás aquellos episodios en los que su cara estaba llena de marcas. Las inyecciones de botox le generaban protuberancias en la cara, que después se quitaba con una intervención que dejaba huellas a su paso.
“Cambiaba bolitas por cicatrices, he tenido muchos problemas por eso, recorrí todos los médicos de México y sí es un suplicio porque va uno con gente que no le ayuda”, señala.
Para recuperarse de la pandemia entre sus nuevos trabajos aceptó ser la promotora durante una campaña para el uso de botox. En su cuenta de Instagram invita a las jóvenes a que recurran a este método, sin embargo asegura que toma esto con responsabilidad, sin olvidarse de advertir sobre la importancia de elegir a un especialista que las ayude. En su juventud ella no sólo utilizó este método, sino también se realizó operaciones estéticas en el busto y el trasero.
“Si tienen que usar botox o tienen que operarse, que vayan con un buen médico, que no las eche a perder porque ahora hasta los dentistas están poniendo botox, cualquier señor ahora para ganar dinero te inyecta aceites y resulta que no es botox, ni ácido hialurónico, sino que te ponen aceite de cocina; que se cuiden mucho, que si quieren hacerse algo vean con quién y se cuiden, que no abusen tanto de las cirugías”, recomienda.
El rostro de Lyn May a través del tiempo
Fototeca EL UNIVERSAL.
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Instagram Lyn May.
Nuevos horizontes sin temor al reggaetón
Aunque su recorrido en busca de la belleza eterna ha sido difícil de sortear, hoy Lyn May se siente en la mejor etapa de su carrera y está emprendiendo nuevos proyectos, como una película junto a Julián Gil , una página de Only Fans y un video musical de reggaetón.
“Tengo 40 años en esto y hecho ya de todo, ya ahorita estoy por empezar la película, tengo demasiado trabajo, no tengo fechas, desafortunadamente la pandemia nos hizo perder mucho tiempo pero ahorita ya se nos está calmando y se me llenó otra vez mi agenda. Me voy a Miami a empezar a grabar y de ahí con unos negritos a hacer un reggaeton a Los Ángeles”.
Llegar a públicos más jóvenes es uno de los objetivos de la actriz, quien recientemente participó en un concurso de canto en televisión y no teme a explorar nuevos géneros. Sus hijas que ahora ya están casadas le aplauden su entusiasmo y reconocen su esfuerzo. “Me hablan dos o tres veces al día y me dicen ‘Mamá que guapa te ves’”; comparte.
“Me gusta la música de reggaetón, pero claro que me gusta más la música de José Alfredo Jiménez , es trabajo y ahora que ando con los jóvenes, tenía que entrarle el reggaetón”.
Para evitar el contagio de Covid-19 ha extremado precauciones durante las producciones en las que participa y ya se aplicó las dos dosis de la vacuna.
“Fui una de las primeras que se vacunó y me cuido mucho, siempre traigo mis botes de cloro en mi bolsa y cada vez que voy a salir me baño en alcohol, si voy a subir a un carro limpio primero y luego ya me subo. Tengo mucha precaución”.
rad