Cuando Julio Iglesias iba a dar su primer concierto en México, en 1971, dijo que entraba por la puerta chica, aspirando a llegar a ser tan grande e importante como lo era Raphael, otra leyenda española que en aquel momento era la inspiración y el referente de un joven Julio que apenas iba a cumplir 27 años.
Galán y cautivador, charló con EL UNIVERSAL para hablar de sus inicios en la música, sin olvidar contar su paso por el fútbol y el accidente que le cambió la vida, pues su lesión en la espalda le impidió seguir en el deporte que tanto amaba.
Se dedicó inicialmente a una doble carrera: la de licenciado en Derecho y futbolista. Se recibió como experto jurista en 1968, pero el deporte le negó la gloria. Formaba parte de las juveniles del famoso Real Madrid cuando sufrió un accidente automovilístico.
“Veinte meses de postración en cama", recordó con cierta tristeza; el resultado, la columna vertebral lesionada. "Nada tengo que hacer. Así aprendo a tocar guitarra y a componer", pensó entonces, sin imaginar que se convertiría en el cantante más importante de habla hispana.
“No es con récords de discos, ni con películas, como quiero corresponder a las atenciones de todos los mexicanos. Son con mis canciones... escúchenlas y díganme si les gustan”, comentó mientras se sonrojaba cuando le mencionaban lo bien parecido que era; joven cortés, consciente, con una voz dulce, suave y acariciante, después de su éxito “Guendolyne”, con la que se dio a conocer, en México empezaba a escucharse "Cuando vuelva a amanecer", ya antes había cautivado con “No llores mi amor” y "Yo canto".
Después de esa exitosa primera presentación en México, Julio estaba dispuesto a ganarse el corazón de los mexicanos y lo hizo, este diario atesora las fotos de una tumultuosa presentación que tuvo en las inmediaciones del Mercado de la Merced, en noviembre de 1974.
Antes de terminar su interpretación "A flor de piel", las chicas se desbordaban. Burlaron la vigilancia y apenas pudieron ser contenidas. Forcejeaban para acercarse a Julio Iglesias. Él las esperaba con la mano extendida y una sonrisa. Por doquier salían las jovencitas para acercarse a su ídolo.
El 30 de mayo de 2023, después de varios años alejado de los escenarios, y de versiones de que su salud no es la mejor, Julio Iglesias reapareció con una fotografía al aire libre y aclarando su estado de salud: "Estoy muy preocupado por todo lo que causa el haber elegido un pequeño tiempo de soledad. De una manera mal educada para aquellos que han hecho dudar de mi salud, les diría que estoy DPM, pero para las gentes que me quieren de verdad por tantos años, decirles que nunca, he tenido mi mente más clara, escribiendo mis memorias y les agradezco con toda mi alma, su cariño de siempre", se lee en su mensaje.
Su debut fue en 1968 cuando ganó el festival de Benidorm con "La vida sigue igual". Sin embargo, el espaldarazo definitivo le llegó cuatro años después, en 1970, cuando quedó cuarto en Eurovisión con "Gwendolyne", canción con la que lideró las listas de ventas de varios países, lo que se tradujo en múltiples giras que no tardaron en pasar factura a su primer matrimonio, con Isabel Preysler, madre de sus tres hijos mayores.
El deseo de poner distancia y un contrato millonario le llevaron entonces a fijar su residencia en Miami, donde se trasladaron poco después, por motivos de seguridad, sus hijos y su padre, el doctor Iglesias Puga, "Papuchi", secuestrado por ETA en 1981.
Fue allí donde, permanentemente bronceado, comenzó a relacionarse con otros artistas y se instaló en una vida de lujo. El lanzamiento de "Hey" le consolida como una estrella internacional, las mujeres se rinden a sus pies y llena conciertos en los más importantes foros mundiales, algunos improvisados como las pirámides de Egipto, donde actuó en 1981 invitado por el entonces presidente egipcio, Anuar el Sadat.
En 1982 dinamita el mercado en Japón y un año después recibe el primer premio disco de diamante, que nunca se había dado a un cantante por el Libro Guinness de los récords, por haber vendido más discos en más idiomas distintos que ningún otro artista musical en la historia.
La década de los 90 fue la de sus últimos grandes discos de estudio, "La carretera" o "Tango". Graba con Sinatra, Dolly Parton y Sting. La madurez musical coincide con otro momento clave en su vida y que es el inicio de su relación con la eternamente joven Miranda Rijnsburger, con la que no se casaría hasta 2010 tras el nacimiento de sus cinco hijos.
En el 2000 presenta su disco "Noche de Cuatro Lunas", en el que colaboró Alejandro Sanz, y Correos España emite un sello como tributo a su trayectoria artística. Diez años después comienza a espaciar sus apariciones. En 2016 cancela una gira que comenzaba en Punta del Este (Uruguay) y finalizaba en Nueva Zelanda, por las secuelas del accidente de tráfico de su juventud. El célebre cardiólogo Valentín Fuster le recetó entonces unas pastillas que lleva siempre consigo y que asegura que son "su salvación".
En agosto de 2020 las alarmas sin embargo se disparan al salir a la luz unas impactantes imágenes suyas donde se le ve caminando con serias dificultades mientras es sostenido por dos enfermeras. El cantante se vio obligado a explicar entonces que había sufrido una caída tonta en su mansión de Punta Cana donde se instaló durante la pandemia, pero ya nunca más volvió a actuar.
Aunque tal vez nunca más se pueda disfrutar de Julio Iglesias sobre el escenario, a través del libro "Nuestro Julio", el cual está basado en la vida del cantante español, retrata la cercanía y el cariño que el músico ha tenido con su público, así como el que hace 49 años mostró en México con la gente que lo fue a ver al Mercado de la Merced.
*Con información de EFE.
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