No importa si se es una súper estrella o una chica creciendo en un barrio popular, ambas pueden experimentar momentos de alegría y dolor por igual, y esto lo entendió muy bien la actriz mexicoamericana Annie González, quien da vida a Jenni Rivera en la cinta inspirada en la vida de la diva grupera.
Annie comparte que tuvo oportunidad de convivir con los hijos de Jenni: Chiquis, Jacquie, Jenicka, Michael y Johnny, quienes se mostraron muy emocionados con ver la historia de su mamá en la pantalla y con el hecho de que ella fuera la que le diera vida.
"Jenni: la película" narra las dificultades que atravesó Jenni Rivera, nacida en California, en su vida personal, en un entorno de violencia y abuso, mientras construía una carrera y vivía un ascenso meteórico a la fama, en un género musical dominado por hombres.
El hecho de revivir momentos trágicos de la vida de Jenni, como la violencia doméstica que pasó con su primer marido José Trinidad Marín, o la violación multitudinaria que sufrió al principio de su carrera, era algo muy complejo para Annie, ya que traía al presente sus propios recuerdos.
Annie entonces recurrió a la terapia y al apoyo de su familia para realizar estas escenas; además, le interesaba el hecho de inspirar a las personas que vean el filme y que han pasado por lo mismo. El ejemplo que la cantante les dio, asegura, fue para ella su mejor aliciente.
Annie revela en una entrevista con la revista "Us Weekly" en español, que ella es una sobreviviente de abuso sexual y violencia, una experiencia que le hicieron recordar las fuertes escenas de violencia que realizó en la película.
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“Esta fue la razón por la que quise hacer esta película, porque yo soy muy fuerte, al igual que Jenni; poderosa y malandrina también.
“Mi vida es muy cercana a la de ella, porque no ha sido un paseo por el parque, también ha sido muy difícil desde que tenía nueve años, entonces filmar esta historia sí ha sido complicado para mí, yo puedo dar testimonio de su vida”, dice sobre la historia que se estrena el 6 de diciembre en la plataforma Vix y en algunos cines de Estados Unidos.
Pero más allá de esto, Annie quiere que el momento en que la familia de Jenni vea la película, sea de sanación y por qué no, de terminar una etapa muy fuerte de su vida, debido a que no pudieron despedirse de su madre, porque la muerte llegó inesperadamente.
“Yo tengo la esperanza que con esta película ellos puedan cerrar el círculo con Jenni, aunque el duelo nunca termina”.
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Jenni Rivera viajaba la madrugada del 9 de diciembre de 2012 de Monterrey al aeropuerto de Toluca, en un avión Lear Jet 25, el cual estaba probando con perspectiva de compra.
Acababa de ofrecer un exitoso concierto en la Arena Monterrey; regresaba de madrugada el compañía de su publirrelacionista Arturo Rivera, su abogado Mario Macías, su maquillista Jacob Yebale, y su estilista Jorge Armando Gigi. A los pocos minutos del despegue se perdió comunicación con el avión y a las pocas horas se confirmó el desplome de la aeronave.
Apoyo de familia
Annie González comenta que se negó tres veces a interpretar el papel de la intérprete de “No llega el olvido”, pues sentía mucho respeto por la figura de Jenni, y no creía ser la actriz adecuada, pero cuando supo que la familia Rivera quería que hiciera la prueba, aceptó.
“Yo conocía a Jenni, la artista, pero su historia personal no, sólo un poco de su música, porque yo soy latina nacida en Estados Unidos de sexta generación, entonces no crecí hablando español, aunque lo aprendí en tres años y es mi segunda lengua”, explica.
De la Diva, lo que más admira fue su capacidad para abrirse camino en un género musical dominado por el género masculino, y en el que su propio hermano, Lupillo Rivera, ya tenía trayecto recorrido.
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“Descubrí que ella cantó música para las mujeres, pero nunca quiso sentirse encasillada y se abrió paso en un mundo de hombres”.
También era importante para Annie hablar de esta historia, que no sólo llegará a la comunidad latina en EU, también a toda Latinoamérica, y quiere que se den cuenta de la importancia que figuras como Jenni tienen en un mundo anglosajón, no sólo porque fomenta el uso de la lengua materna, también muestra el orgullo de ser heredero de una cultura como la de México, y eso ella lo vive todos los días.
“Espero que haber dado vida a Jenni se convierta en un hito en mi carrera; para mí fue un honor porque ella es una persona que mucha gente quiere y admira. Jenni es un gran regalo no sólo en mi carrera, también en mi vida, ella me dio la libertad de ser yo misma”.