A la fecha Fernando Colunga sigue siendo uno de los actores mejores pagos del país. Sin importar que tanto tiempo estuvo fuera de la pantalla, la exclusividad le ha permitido seguir ganado sin trabajar. Sin embargo, en sus inicios no siempre la pasó tan bien como en la actualidad.
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El galán de telenovelas es hijo de del ingeniero Fernando Colunga y Margarita Olivares. Desde que era muy pequeño de deseo era ir tras los pasos de su padre. Fue por ello que comenzó a estudiar ingeniería civil. Pero el destino le tenía deparado otro futuro.
Fue en 1988 cuando lo invitaron a participar en la novela “Dulce Desafío”. La pasión por las motos de Fernando Colunga motivó su incorporación al elenco, pero como doble de acción. Es aquí donde decidió ingresar al Centro de Educación Artística de Televisa para comenzar a estudiar actuación.
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Pero en el medio de toda esta transición Fernando Colunga debía mantenerse. Aun no su fama no había llegado y tampoco había marcado nada importante con su traje de ingeniero. Al igual que todo el mundo se arremangó y salió a enfrentarse al mundo laboral.
Ni su atractivo físico ni su carisma le sirvieron a Fernando Colunga por aquellos años. Había que ganarse el pan así que se las rebuscaba con cada oportunidad que le ofrecían. Ninguno de los 4 trabajos que tuvo antes de ser famoso se acercaba a lo que hoy hace en la actualidad ni mucho menos a la ingeniería.
Fernando Colunga llegó a tener 4 trabajos muy comunes, sobre todo si tenemos en cuenta lo que hoy logró ser. El protagonista de “María la del barrio” tuvo su oportunidad como vendedor de autos cuando era muy joven. Luego pasó por una ferretería y más tarde se dedicó a la venta de aparatos electrónicos. Por último, llegó a desempeñarse como barman lo que motivó que rápidamente dejara de atraerle la vida nocturna.