La renuncia de Will Smith a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de EU , que anualmente entrega el Oscar, es algo simbólico.
Es cierto que para ingresar a ella no es fácil, pero hay dos vías: que un par de miembros de la AMPAS (por sus siglas) sugieran el nombre de alguien y luego sea sometida a votación interna y, segunda, estar nominado al premio, situación que en automático lo convierte en integrante.
La AMPAS tiene más de 6 mil miembros, principalmente de EU, pero también procedentes de varios países como México, Corea del Sur, Italia y España.
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¿Qué perdería?
¿Qué atribuciones tienen los miembros de la Academia? Básicamente tener acceso virtual a las decenas de películas que anualmente se inscriben buscando un lugar en las categorías por el Oscar y, claro, votar por sus favoritas.
Con su renuncia, Smith perdería ambos derechos. Solamente.
Hasta el momento no corre el riesgo de que se le retire la estatuilla ganada el domingo pasado, a menos que el próximo 18 de abril la Academia fije oficialmente su postura y en ella contemple esa decisión.
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Pero el más reciente caso polémico fue el del productor Harvey Weinstein, acusado de abuso sexual hacia actrices, ganador del Oscar a Mejor Película 1999 por Shakespeare apasionado, y la estatuilla sigue en su poder.
Un Oscar tiene, además, el costo público de un dólar, por lo que si algún ganador quisiera vender el suyo para deshacerse de cualquier pasado que no desee recordar, no se haría millonario.
Lo que podría pasar
Lo que Smith podría padecer tras el golpe que le dio a Chris Rock el domingo pasado, luego de que éste se burlara de su esposa Jada Pinkett, es que productores no lo llamen tras un pacto silencioso hacia su carrera.
¿Alguien se arriesgaría a perder a un actor cuyas películas, en promedio, recaudan cinco dólares por cada uno invertido? Es complicado.
Además, desde hace dos décadas su nombre figura en los créditos de productor de filmes como el remake de "Karate Kid" y "King Richard", cinta última que le dio el Oscar
Por si fuera poco, viendo las tendencias que venían, se apresuró a solidificarse en el mundo de las series, teniendo ahora una cartera con "Women on the movement", "Bel-Air" y "This joka", área cuyos premios otorga la academia de televisión.
¿De qué debe cuidarse?
De pelearse con el sindicato de actores, con lo cual quedaría desprotegido, pues nadie trabaja en EU sin el aval del mismo. Sobra decir lo mismo con los de diversas áreas del cine. Pero queda abierto, aún, el mercado internacional. Hace 15 años una productora mexicana lo contactó para una película que le agradó, pero al final no se pudieron compactar los tiempos, pues era un momento en que Smith hacía un filme tras otro.
¿Quiénes más han renunciado?
La renuncia a una academia de cine es rara, pero no algo en que Smith sea pionero.
En el 2000, el cineasta Arturo Ripstein decidió hacer lo propio con la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, al considerar que su cine no era valorado en su pais natal, pero sí en otros lugares como España, donde ganaba premios. De hecho, prohibió a los productores inscribir sus películas al premio Ariel por varios años.
En 2015 aceptó recibir el Ariel de Oro por su trayectoria y hubo reconciliación. Este año su más reciente filme, El diablo entre las piernas, busca un lugar en el Ariel.
Alex de la Iglesia, el director de El día de la bestia, renunció en 2011 a la presidencia de la Academia Española luego de una decisión gubernamental de ir contra las descargas en internet. El cineasta era de los más fervientes creyentes que el online iba a ser el futuro del cine y nunca fue consultado al respecto.
mafa