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A sus 65 años, Verónica Castro le va a hacer ojitos a los millennials con su participación en La casa de las flores de Manolo Caro y dice que a ellos no les tiene miedo.
“No tengo miedo a las nuevas generaciones, al contrario, me gusta ver que vienen con fuerza y aprender de ellos. Vamos a ver si los convenzo, les gusto o les funciono, porque el público es el que manda, el que apaga o prende la televisión”, dijo la actriz.
Aseguró que la grabación de la serie que estrenará Netflix en 2018, fue intensa.
“La verdad es que trabajamos mucho al final, pero valió la pena porque es algo muy distinto que yo no había hecho antes”.
La actriz llegó el martes a la ceremonia del Premio Italia-México, el cual es definido cómo símbolo de unión, hermandad y cooperación entre ambas naciones, y con el que fue galardonada.
Gracias a las distintas telenovelas en las que ha participado, Castro es reconocida en Italia y en distintas partes de Europa.
“Yo no soy ninguna leyenda, tengo diferentes defectos”, señaló. Además de su participación en la serie para la plataforma de streaming, la ojiazul está concretando más proyectos.
“Me siento muy feliz por ser contemplada para todos ellos, pero aún estamos viendo qué es lo que haremos”, dijo. No quiso decir si volvería a Televisa, sólo respondía con una sonrisa.
De tacón alto y vestido largo, Castro llegó acompañada de su hijo Michel. Sobre Cristian Castro comentó que ella no sabe sí está divorciado ni cuándo se casa.
Por su parte, su hermano Michel dice que no se mete mucho en la vida del cantante, pero que todo lo extravagante que es se debe a que es un artista.
“Cómo es él vive las cosas diferente, le afectan de distinta forma, porque él es un artista”, indicó su hermano ante los comentarios que señalaron la tristeza del Gallito Feliz por su divorcio.
Tanto Verónica como Michel explicaron que Cristian tiene una vida aparte y que no están al tanto de muchas cosas, pero que saben que cuando menos en Argentina la está pasando bien.