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El rating de “Me quiero enamorar” se negaba a crecer. Pero eso no iba a detener a Santiago Galindo. En vez de darse por vencido, llenó su mesa de trabajo con montones de papeles y escribió decenas de anotaciones en la pizarra de su oficina. Todo con un objetivo claro: que los números le dieran la razón.
El productor estaba convencido de que el programa era un excelente reality y se negaba a creer que el televidente no se diera cuenta.
El resultado de lo que estaba escrito en aquellos papeles se transmitió en el programa de la última semana de octubre de 2009: detector de mentiras para los concursantes, invitados especiales y números musicales. A partir de esa semana, el rating cedió al deseo de Santiago y el reality se convirtió, además, en el primero que produjo material para otras plataformas: redes sociales, tv restringida, página de internet.
La manera en que Santiago Galindo enfrentó y superó aquella crisis resume los adjetivos que definieron su vida: fue un hombre tenaz y un productor voluntarioso. Por eso la primera reacción a su muerte fue la incredulidad.
Junto con su primo Rubén, Santiago se había convertido desde hace tres lustros en el productor favorito de Televisa para hacer realities .
“Nuestro secreto es la innovación”, dijo a EL UNIVERSAL en aquel octubre de 2009 cuando trató de explicar el montón de apuntes y garabatos desperdigados en su oficina para levantar los niveles de audiencia de “Me quiero enamorar”. “En televisión lo importante es presentar las cosas siempre de una manera diferente”.
Tenía razón. Por lo menos así lo indica el hecho de que los Galindo llegaron a producir dos realities por año para la televisora de San Ángel. Se metieron no sólo de cupidos con “Me quiero enamorar” sino de cirqueros con “Los 5 magníficos”, en el que los concursantes se sometían a pruebas de malabarismos, zancos, cuchillos y trapecismo.
También fueron cazatalentos con “Pequeños Gigantes”, en el que encontraron la fórmula para que la espontaneidad de los niños cautivara a 2.5 millones de televidentes cada semana.
La última aventura televisiva de Santiago en compañía de su primo Rubén fue incursionar en las bioseries. Los Galindo consiguieron que Lupita D'Alessio les contara su vida de la manera más cruda posible. “Visitamos su infierno”, dijo Santiago cuando presentó “Hoy voy a cambiar”, que se convirtió en el primer acierto de Televisa en este género.
Los capítulos del infierno de D'Alessio consiguieron hasta 300% más audiencia que su competidor. Los números otra vez le dieron la razón a Galindo.
Lamentablemente fue la última vez que lo hicieron. Después de ese proyecto (que se transmitió a finales de 2017), los primos Galindo se separaron y de Santiago se supo poco hasta esta mañana cuando se dio la noticio de que lo hallaron muerto a bordo de un automóvil.