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janet.merida@eluniversal.com.mx
Rebecca de Alba fue Miss México en 1985, cuando apenas tenía 19 años. De entonces a la actualidad, la también conductora ha visto una evolución positiva en los concursos de belleza, razón por la que aceptó ser jurado de la primera edición de Mexicana Universal.
“Hace unos años dije que ya estaban obsoletos los concursos de belleza, porque ya la mujer se desarrolla en otras áreas. Ahora me parece interesante el formato y por eso decidí participar como juez, porque todo el tiempo en redes las jóvenes se dan cuenta que están en la misma situación que las concursantes: son chicas trabajadoras a las que la sociedad discrimina por su color de piel, por ser de un pueblo o ciudad pequeña o porque no tienen posibilidades económicas. Más allá de aspirar al título de Miss Universo, para mí es aspirar a la superación, a abrir el umbral de todo lo que te ofrece la vida. Ves el compañerismo y la empatía que hay entre las mujeres aunque estén compitiendo”.
El formato Mexicana Universal fue creado por Lupita Jones al terminar Nuestra Belleza, que originalmente se transmitía por Televisa.
En su nueva casa, Azteca, Jones convocó a mujeres de todo el país que quisieran prepararse y competir por la corona de Miss Universo en un formato de reality donde la gente podría conocer más de ellas y no sólo verlas desfilar.
Tras varias semanas de preparación, hoy el público y los jueces (Rebecca de Alba, David Salomón y Penélope Menchaca) van a decidir cuál de las seis finalistas es la ideal para representar a México.
Como dijo Rebecca, más allá de su aspecto físico, en este tiempo las jóvenes han creado empatía al compartir las situaciones que han vivido, como violencia de pareja, los esfuerzos de ser maestra rural, la discriminación que han padecido por su condición económica, por su trabajo o por su origen.
Un ejemplo de esto es Lupita Valero, cuyo video en donde cuenta sus experiencias con la discriminación se viralizó en redes sociales.
Andrea Toscano de Colima, Lupita Valero de Guerrero, Nebai Torres de Jalisco, Aranza Molina de Tabasco, Maryely Leal de Sinaloa y Karely Sandoval de Zacatecas son las seis finalistas que esta noche lucharán por la corona.
“Me parece maravilloso que el reality no muestre amarillismo”, dijo Rebecca.
Señaló que siempre ha habido cuestionamientos sobre la existencia de este tipo de concursos por reafirmar estereotipos femeninos, algo que también ella se ha planteado, sin embargo, agregó, en México hay otro tipo de males que también deberían ser cuestionados duramente.
“El estereotipo del hombre macho está muy de moda pero allí sigue y va a seguir, la gente es muy buena para criticar y decir que cómo es posible que se ‘exhiba’ a las mujeres”.
Desafortunadamente, explicó, muchas mujeres que son criticadas por participar en estos concursos y siguen siendo criticadas después de los mismos por… ser bonitas.
“Mucha gente te hace de lado o tienes que probarles según ellos que eres pensante, o que estás haciendo una carrera realmente en serio, a las mujeres nos toca romper con estos estigmas en el machismo imperante de este país”.
“Cuando yo participé yo era muy conservadora y me sorprendía al ver el traje de baño. Fue mi abuela la que me dijo que lo importante era cómo me veía yo y cómo me sentía yo, lo demás no importa”, recordó.
Como buena juez, Rebecca ya tiene a su favorita pero quiere ver qué va a ocurrir esta noche, cómo se mostrarán las finalistas y qué opinarán los otros jueces y el público que tiene la última palabra.
La 67 entrega de Miss Universo se realizará en Filipinas en una fecha por confirmar.
Será allí donde la ganadora de Mexicana Universal se enfrente con modelos de todo el mundo. En opinión de Rebecca, sea quien sea la ganadora, tiene todas las herramientas para ocupar esa corona.