Todos los artistas conservan curiosidades en sus casas, algunos vestuarios de emblemáticas películas, otros recuerdos de viajes, libros, fotografías, premios y demás cosas que han cosechado a lo largo de su vida, sin embargo, en la sala de una de las actrices más longevas del espectáculo, Queta Lavat , descansa, sobre una mesa, la cabeza de un niño. ¡Sí, una cabeza!, pero no real, sino de piedra, bañada en color oro.
Pero, ¿por qué la actriz tendría una cabeza en la sala de su casa? Es un recuerdo de cuando su hijo Pablo fue seleccionado, aún siendo muy niño, para ser parte de la película de terror "El libro de piedra", escrita y dirigida por un emblema del cine de este género en México , Carlos Enrique Taboada .
La película de 1969 cuenta la historia de Silvia, una pequeña niña que, luego de perder a su madre, se muda con su padre y su madrastra a una casona en el campo, sin embargo, allí, afirma que tiene un amigo: Hugo, y nadie puede verlo, pero sí pueden ver claramente cómo la actitud de Silvia va cambiando.
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Cuando llega su nueva institutriz, no ve tan mal que tenga un amigo imaginario, de hecho hasta cree que puede ser real, que es vecino, pero poco a poco se van dando cuenta que la niña sabe cosas que no habría forma que supiera, y en la casa comienzan a aparecer huellas de “magia negra”.
Hugo, de acuerdo con las palabras de la misma Silvia, es el niño que está en el lago de la casa, una estatua que sostiene un libro, y que es quien le dice cosas, que es el hijo de un poderoso mago que le dejó a cargo un libro de magia negra en el que se encontraba el secreto de la resurrección.
La estatua de Hugo está basada en Pablo, el hijo de Queta Lavat, y de hecho, el pequeño sí aparece en carne y hueso en algunos momentos de la emblemática película.
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“A Pablo me lo escogieron para hacer 'El libro de piedra', que fue una película preciosa, de miedo, porque hay personas que me dicen ay, la cabeza de Hugo y se van para atrás”, contó Queta, y agregó cómo es que ella tiene esta parte de la estatua.
“El papá con un marro tira la estatua de Hugo en la película, y ese día llego yo a recoger a mi niño de las grabaciones y me dice el delegado de actores: rompió Joaquín a marrazos la estatua de tu hijo, pero te guardé la cabeza, y me la traje”.
Originalmente la cabeza no era dorada, pero Queta tiene un amigo escultor que se la doró, por lo que, desde entonces, ella la conserva en el centro de su sala como un hermoso recuerdo, además porque ella sabe perfecto el valor de esta emblemática película, pues Taboada también hizo filmes como "Veneno para las hadas".
Así como ella, Ignacio López Tarso, otro actor nonagenario, conserva en su casa los guajes de Macario, otra emblemática película de terror basada en la historia de B. Traven y dirigida por Roberto Gavaldón.
mafa