La actriz Pamela Anderson llamó a "salvar la vida" de Julian Assange, el fundador de WikiLeaks al que el martes visitó en la cárcel londinense de Belmarsh, donde está recluido desde su detención el 11 de abril en la embajada de Ecuador.
"Tenemos que salvar la vida" de Assange, afirmó la actriz canadiense-estadounidense, una de las celebridades que defienden al experto informático australiano. Anderson también lo había visitado en la legación ecuatoriana en Londres, donde vivió refugiado casi siete años.
Assange había pedido allí asilo en junio de 2012, cuando era requerido por la justicia de Suecia por acusaciones de violación que desde entonces fueron archivadas.
El australiano, ahora de 47 años, siempre dijo temer que la extradición a Suecia fuera solo un modo de acabar entregándolo a Estados Unidos donde temía ser condenado a la pena de muerte por la publicación en 2010 de cientos de miles de documentos secretos del ejército y la diplomacia de ese país.
Finalmente, el 11 de abril, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, le retiró el asilo diplomático concedido por su predecesor Rafael Correa, y la nacionalidad ecuatoriana, permitiendo a las autoridades británicas que entraran en la embajada a detenerlo.
"Ha sido muy duro ver a Julian aquí", dijo Pamela Anderson a los periodistas frente a esta prisión de alta seguridad situada en el sureste de Londres.
Assange "no merece" estar encarcelado, consideró. "Nunca cometió ninguna violencia, es inocente", agregó.
"Tenemos que seguir luchando porque es injusto. Ha sacrificado tanto para dar a conocer la verdad", defendió, en relación a revelaciones sobre cuestiones como la actuación de las tropas estadounidenses en Irak o Afganistán.
La justicia estadounidense quiere juzgarlo por "piratería informática", un cargo pasible de un máximo de cinco años de cárcel, por haber ayudado a la exanalista de inteligencia estadounidense Chelsea Manning a obtener una contraseña para acceder a dichos documentos secretos.
El australiano se niega a ser extraditado a Estados Unidos.
Según el redactor jefe de WikiLeaks, el periodista islandés Kristinn Hranfsson, que lo visitó el martes junto a la actriz, "Julian Assange está tocado pero no hundido. Es una persona extremadamente resistente".
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