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Adrian Uribe empezó en los centros nocturnos su carrera como comediante y sin tener mayor pretensión que la de vivir de su pasión que es hacer reír, hoy es uno de los humoristas más conocidos de México.
Admite que los tiempos que vive el entretenimiento en este país han hecho que salte del centro nocturno a la tele y hasta el cine con el estreno de la película Tuya, mía, te la apuesto, cinta que hace más de una década hubiese sido algo impensable para él.
“Más que comediante, me considero actor y un actor siempre podrá desempeñarse en cualquier ámbito, siempre quieres hacer nuevas cosas y el momento que hoy vivimos hace que haya menos barreras entre un medio y otro”, dijo.
Para el actor de 45 años entrar al medio cinematográfico ha sido menos complicado de lo que creía y eso se debe en parte, dice, a que ahora el cine a diferencia de hace unas décadas se ha diversificado.
“Ahora en la cartelera podemos encontrar cosas mexicana de terror, pero también de denuncia política y de comedia o drama y ahí es donde hay un campo para nosotros como actores de poder incursionar”, confesó.
Si bien Adrian comenzó en el cine haciendo doblaje hace más de 15 años, fue hasta 2009 donde tuvo su primera oportunidad en pantalla grande en 2009 con la cinta Cabeza de Buda, donde tenía un papel secundario, y fue hasta tres años después con Suave patria, que puedo coprotagonizar una al lado de Omar Chaparro y Héctor Suárez.
Eso hace que Tuya, mía, te la apuesto sea su primer gran protagónico, en el que da vida a Mariano Cárdenas, un fanático del fútbol que pondrá en juego su matrimonio, trabajo y familia con tal de seguir a la Selección Mexicana.
En la cinta, coproducida por México y Colombia, que es dirigida por el realizador Rodrigo Triana, el personaje de Uribe apostará contra su abuelo y su propio jefe todo su patrimonio en un partido ficticio entre Estados Unidos y Colombia. Esto, más la muerte inesperada del abuelo harán que su vida se tambalee.
El también conductor aseguró que con este trabajo trata de darle un giro a su carrera y mostrar otra faceta de lo que puede hacer como actor.
“Creo que estoy rompiendo un poco con lo que hago en la televisión, es una historia más real, tiene un sentido del humor ácido y negro que además se mezcla con el drama, eso la hace distinta a otras comedias”.
El filme es un remake de la película colombina La pena máxima, estrenada en 2001.