Las redes sociales han sido la vía que Nerea Godínez encontró para hacer catarsis tras la muerte de su prometido Octavio Ocaña .
El actor falleció luego de recibir un disparo en la cabeza tras una persecución policial en una carretera de Cuautitlán Izcalli , el pasado 29 de octubre.
A través de su cuenta de Instagram, la joven ha compartido imágenes y videos junto al intérprete de Benito en la serie “Vecinos”, pero no sólo a raíz de su muerte, sino que desde hace meses Godínez tiene una colección de recuerdos junto a quien no sólo fue su pareja, sino también tomó el papel de padre de su pequeño hijo.
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“Me parte el alma, me quedo sola, pero me deja a la gente que lo quiere y que ahora me quieren mucho a mí y me apoyan y yo le agradezco a todos, intento leerlos a todos, estoy todo el tiempo en redes intentando contestar todos los mensajes que me mandan”, dijo durante la marcha que se organizó en el Zócalo de la Ciudad de México el 7 de noviembre.
Estos son los momentos más románticos entre Octavio Ocaña y su prometida, Nerea Godínez:
Además de la actuación, Ocaña fue un fiel amante del futbol, jugaba regularmente e incluso dejó la actuación un tiempo para dedicarse a este deporte.
Nerea lo acompañaba a sus partidos, y en un recuerdo que compartió deja ver que él se acercaba a besarla después de meter un gol.
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Nerea lo felicitó cuando se celebró el Día del actor, además, frecuentemente lo acompañaba a las grabaciones del programa “Vecinos”, donde trabajó por más de una década.
Lo que más les gustaba hacer juntos era viajar, y de ese pasatiempo quedaron videos donde se les ve visitando lugares como Tequila, Jalisco, lugar donde disfrutaron de una bebida y canciones que los dos entonaban.
Para Godínez, las acciones cotidianas eran memorables, por eso grabó cuando él le llevó el desayuno a la cama y cuando despertaban o incluso mientras él manejaba.
En abril él le pidió matrimonio y ella dejó en el archivo el recuerdo tal y como apareció en Facebook, con la leyenda “Octavio Ocaña comprometido con Nerea González”.
Octavio se convirtió en el padre del pequeño hijo de Nerea, a quien crió con cariño y le enseñó a nadar, jugar futbol, practicar box, patinar y hasta conducir.