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Alegre, divertido y abierto, Javier Bardem contó a su público de los eventos In Conversations with… anécdotas de su carrera, en la que no faltaron las risas.

El español comenzó recordando cómo fue que empezó en el mundo de la actuación por casualidad, pues él quería era ser pintor.

“Me financiaba la carrera de arte haciendo muchas cosas. Trabajé en la construcción, haciendo caricaturas en la calle. No di sangre pero casi... Fui un stripper por un día, y mi mamá fue a verme y estaba tan avergonzado que subí a mi hermana al escenario a bailar conmigo y le rompí la pierna. Luego empecé a trabajar como extra en películas y hasta que tuve 18 años quise ser un actor.

“Mi primer rol vino porque acompañé a mi hermana, que era una actriz pero renunció, a una audición y Bigas Luna, el director de Jamón jamón y huevos de oro me dijo, ‘¿tú por qué no haces la prueba?’ Ahí empezó mi carrera por estar en el lugar correcto en el momento correcto”.

El director que más le ha exigido es Alejandro González Iñárritu cuando hizo Biutiful con él. “Saca la mejor actuación de cualquiera. Era la primera película en la que había puesto todo en un solo personaje e historia y eso era un gran peso pero lo logramos”.

Bardem compartió que Biutiful le despertó las ganas de ser padre. “En la cinta mi personaje tiene una buena relación con sus niños. Esa experiencia abrió el canal hacia ser papá”.

De su nuevo filme, Loving Pablo, contó que retrata a tres personas reales: Reynaldo Arenas, Ramón Sampedro y Pablo Escobar.

También recordó cómo fue ganar el Oscar. “Estaba sentado con mi mamá a la izquierda y Jack Nicholson a la derecha. Estaba escribiendo mi discurso cuando Jack me miró y me dijo: ‘da los nombres, no te pongas emotivo y dedícaselo a tu mamá’. Así que tiré los papeles y cuando subí fue lo que hice. Gracias Mr. Nicholson”.

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