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Algunos de los padres acusados de pagar sobornos para que sus hijos ingresen a universidades prestigiosas podrían recibir sentencias breves tras las rejas, de ser hallados culpables, para enviar un mensaje de que la gente privilegiada no está por encima de la ley, dicen algunos expertos.
Pero otros pronostican que la mayoría, si no todos, recibirán libertad condicional y una multa, particularmente si aceptan su responsabilidad y cooperan.
"Si los padres están bien representados, es razonable esperar que posiblemente ninguno vaya a la cárcel", dijo el exfiscal federal Jacob Frenkel. "No son el tipo de delitos por los que los jueces que ejercen su discreción pondrían normalmente a personas en la cárcel".
Los padres atrapados en lo que los fiscales han llamado el mayor fraude de admisiones a la universidad jamás procesado por el Departamento de Justicia estadounidense incluyen a las estrellas de Hollywood Lori Loughlin , quien interpretó a la tía Becky en la serie de comedia "Full House" (“Tres por tres”), y a Felicity Huffman de "Desperate Housewives". También hay figuras prominentes de las leyes, las finanzas, la moda, la industria alimenticia y otros campos.
Los fiscales han dicho que creen que hay más padres involucrados y que la investigación, apodada “Operation Varsity Blues”, continúa.
Los padres están acusados de asociación ilícita para cometer fraude postal y privación de servicios postales honestos a terceros, un cargo que conlleva hasta 20 años en prisión, aunque los acusados, en especial aquellos sin antecedentes penales, normalmente reciben mucho menos que eso.
Los abogados de al menos algunos de los padres probablemente ya estén negociando acuerdos con los fiscales, dicen expertos. Y las autoridades tienen la influencia suficiente para presionarlos a declararse culpables; caso contrario enfrentarán más cargos, como evasión fiscal o lavado de dinero.
Frenkel, ahora un abogado defensor de clientes de cuello blanco en Dickinson Wright en Washington, dijo que sospecha que muchos padres podrían terminar declarándose culpables de un cargo fiscal, por deducir los sobornos de sus impuestos sobre la renta, y recibir libertad condicional.
La mayoría podrían recibir apenas una multa y servicio comunitario, coincidió Jeffrey Cramer, quien fue fiscal federal adjunto en Chicago. Pero acotó que aquellos que hicieron todo lo posible para participar en el fraude o que reclutaron la ayuda de sus hijos para cometerlo podrían pasar varios meses tras las rejas, porque los jueces podrían no considerar suficiente castigo una pena financiera.
"Si les dijeras (a los padres) al principio que además del soborno tendrían que pagar una multa de 200.000 dólares y trabajar en un banco de alimentos en Beverly Hills, probablemente aceptarían", dijo Cramer, quien ahora se desempeña como director de la consultora Berkeley Research Group.
"No puedes tener un sistema de justicia penal donde al final del día valió la pena cometer el delito”, dijo.
Los padres están acusados de pagarle al asesor de admisiones Rick Singer para arreglar resultados de exámenes estandarizados y sobornar a entrenadores deportivos de universidades y otros para que sus hijos entren a escuelas selectivas. Entrenadores en casas de estudios que incluyen Yale y la Universidad del Sur de California también están acusados de aceptar sobornos.
Singer grabó en secreto sus conversaciones con los padres luego de aceptar trabajar con los investigadores con la esperanza de recibir una sentencia menor. La semana pasada se declaró culpable de asociación ilícita para extorsionar y otros cargos.
Los abogados de Loughlin declinaron hacer comentarios el miércoles. La AP envió un email a la firma de comunicaciones contratada por Huffman.
Si cualquiera de los padres decide pelear los cargos, podría argumentar que creyeron que los servicios por los que estaban pagando eran legítimos y que no se percataron de lo que estaba haciendo Singer, dicen los abogados. También podrían tratar de pintar a Singer como un mentiroso que está tratando de derribarlos con el fin de salvar su propio pellejo, según expertos.
"Uno de los principales acusados está delatando al resto de los implicados, lo cual le permite a la defensa argumentar que está inventando cosas con tal de reducir su propia probable condena a prisión", dijo el abogado penal de Boston Brad Bailey.
Pero la montaña de pruebas en su contra, que incluye grabaciones de conversaciones telefónicas, emails, registros bancarios y registros de vuelos, será difícil de vencer, dicen abogados.
"Las defensas son tan viables como los niños que se beneficiaron de los equipos deportivos universitarios", dijo Frenkel.
Los padres probablemente intenten mantenerse fuera de la cárcel argumentando que creyeron que estaban haciendo lo mejor por sus hijos y que ya han recibido suficiente castigo al ser humillados públicamente y perder empleos, dijeron abogados.
Pero algunos expertos dudan que tal estrategia resulte exitosa.
"Este no es un caso que despierte simpatías (por los acusados), no sé cuántos jueces quieran remover cielo y tierra por cualquiera de estos individuos", dijo Ilene Jaroslaw, una ex fiscal federal que ahora trabaja como abogada en la firma Phillips Nizer en Nueva York.
"Anticipo que algunas de estas personas serán encarceladas durante un tiempo para enviar un mensaje", dijo.
Abogados que han visto a clientes menos pudientes ir a prisión por delitos al parecer menos atroces dicen que sería lo justo.
"Ya tenemos un caso que realmente ilustra el poder de los privilegiados en primer lugar", dijo el abogado penal de Nueva York Matthew Galluzzo. "Si no los mandan a la cárcel, entonces estarán demostrando que están en lo cierto, que uno puede salirse con la suya de cualquier situación si tiene suficiente dinero".
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