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Aun cuando Elvis Presley dejó de existir hace 40 años, sus fans no son los únicos que lo siguen extrañando. Charles Stone, quien trabajó a su lado organizando sus giras, relató en entrevista parte de sus recuerdos, además de revelar una cara poco conocida del artista.
“Cuando hacíamos los conciertos, muy pocas personas tenían acceso al backstage, ni siquiera el mánager del recinto en donde nos presentábamos podía entrar. Tenía tanta seguridad como un presidente y cuando entraba en los vestidores, él sólo quería ver a las personas que conocía y con las que trabajaba, todo eso porque simplemente era una persona muy insegura”, explica Stone.
“Pero cuando las luces se apagaban y salía al escenario, tenía que cambiar de switch y era ese Elvis Presley con el que nadie más podría competir. Y totalmente lo entendía, había 15 ó 20 mil personas reunidas en un mismo lugar para verlo actuar y esa era una responsabilidad muy grande sobre sus hombros pero al mismo tiempo sabía transformarse y patear traseros”, subrayó.
Trabajar con una figura de este calibre también le dio a Stone anécdotas muy especiales, como cuando tuvo que pedirle a una de las actrices más importantes del mundo que no tendría un trato especial para entrar a un concierto de Elvis.
“Tenía apenas 20 años cuando trabajé con Elvis y para mí, el tener que decirle a Elizabeth Taylor que no podía entrar por los vestidores fue algo muy fuerte. Me dijo: ‘muchas gracias’, el chofer dio una vuelta para ir a la entrada principal y entró como el resto del mundo.
“¿Te puedes imaginar ir entrando por la entrada principal y que Elizabeth Taylor vaya caminando a tu lado?” Todo el mundo quería conocerlo y las celebridades no estaban exentas. Elton John fue a uno de sus conciertos y lo llevé para que conociera a Elvis. Él no salía en público como todos los demás lo hacían”, recuerda.
Su fama, incluso, llegaba a las filas de la gente que trabajaba con él, como el mismo Stone lo recuerda.
“Siempre fue muy bueno conmigo, con mi esposa y mi familia. Cuando recién empecé a trabajar para él se me indicó que no le hablara, que nos encontraríamos en el coche, lo llevaría al vestidor y nunca le dirigiera la palabra. Siempre tenía guardaespaldas, así que hice lo que se me pidió y nunca dije nada ni aunque él fuera caminando a mi lado. Luego de una semana fue a mi oficina y me preguntó: ‘¿tú quién eres?’, le di mi nombre y me dijo: ‘Soy Elvis Presley’, como si yo no lo supiera. Desde ese momento nos convertimos en amigos”, expresó.
Confesó que el recuerdo más preciado que tiene es cuando Elvis le dio su collar con un rayo y las iniciales TCB (que significaba Taking Care of Business o Hazte cargo del negocio), el cual sólo portaba su banda y regalaba a gente de confianza, mismo que hasta la fecha sigue usando pero sólo en ocasiones especiales que involucren a El Rey.
“Eso significaba que eras parte del círculo íntimo. Cada día que trabajamos en un show y las luces se apagaban, todos los flashes de las cámaras en la audiencia se encendían y la energía que se creaba en ese momento nunca podrá ser replicada por nadie más”.
Sobre qué le diría a Elvis si lo tuviera en frente una última vez, dijo: “Fue un viaje increíble, gracias”.