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Productor, director, actor y escritor desde hace 60 años, Jorge Ortiz de Pinedo ha impulsado el teatro y el humor en México, país en el que ha vivido, que adora y del que, dice, espera salga un candidato en 2018 que le dé seguridad a su pueblo.
El realizador de los programas Dr. Cándido Pérez y Una familia de diez ha creado una tradición teatral que está cultivando en sus hijos Oscar y Pedro.
Además de producir las obras El fantasma en el espejo, La última sesión de Freud y Una familia de diez y administrar el nuevo teatro Royal Pedregal, ha apoyado programas como Médico en su casa, que el gobierno de Miguel Ángel Manera ha impulsado en la Ciudad de México y hoy hace una reflexión sobre 2018.
¿Qué tanto le interesa la política a Jorge Ortiz de Pinedo?
Creo que a todos nos interesa la política, en una medida mayor o menor; la política es parte de la vida de un pueblo y obviamente, aunque no queríamos, al hablar de nuestras necesidades, de nuestras carencias, de nuestras posibilidades de avance, es hacer política, entonces a todos yo creo nos interesa la política.
Vamos a entrar a etapa de elecciones, a escuchar propuestas, ¿ve usted a algún partido fuerte para estas elecciones de 2018?
Yo lo que he visto en México es que carecemos de propuestas. Los partidos políticos, más que decirnos cuáles son sus lineamientos, la metas que tienen o cómo van a solucionar los problemas del país, se la pasan peleando entre ellos por votos y ese es el gran error, pero es lo que está sucediendo en México.
Con el terremoto, los partidos se dieron cuenta, y los mismos políticos, de que no son tan necesarios, la gente salió a la calle a cuidarse ella misma. Hay un reclamo natural contra la política de este país, de que están más preocupados de sus posiciones políticas que por los problemas y carencias del pueblo, y el problema, todos lo sabemos, son la impunidad, la corrupción y la gran apatía.
¿Qué ha pasado con la leyes en México? Se han tergiversado de tal manera que de repente nos damos cuenta que las leyes están casi hechas para violarlas y la gente está muy enojada con esa política.
¿Cómo ve el panorama?
Estas próximas elecciones la gente ya no va a votar por los partidos, va a votar por las personas; quiénes son los candidatos, de qué partidos o independientes, no sé qué va a pasar y cuántos independientes va a haber; les han puesto tantas trabas a los independientes que va a ser difícil, habrá uno o tres que alcancen la meta de ser candidato a la presidencia, piden 800 y tantos mil votos. ¿Cómo las van a conseguir? No lo sé, porque no se les da acceso a escuchar las propuestas, en radio, en televisión o en prensa, para saber qué piensan estas personas que aspiran a un puesto de elección popular.
¿Qué piensa justamente de las personas que dejan su cargo para buscar otro puesto?
Ese es un problema que hay en nuestra ley, que está muy difuso y entonces los llaman chapulines porque brincan de un lado a otro, no terminan sus gestiones. Se supone que los son designados sí, pero los que han sido electos, a quienes hemos elegido en cualquier parte de la República para que sean presidentes municipales, legisladores, gobernadores, tienen un cargo público porque han sido electos por el pueblo ¿esas personas tienen derecho a dejar su puesto? Parece que la ley dice que sí, nada más que con cierta anticipación y esto crea una confusión muy grande, porque en lugar de que estén dedicadas a hacer política a la buena, a cuidar a su pueblo, a legislar para la gente, están buscando puestos, entonces brincan de un lugar a otro.
¿Cuál es la vocación de estas personas? Tendría que ser una vocación de servicio al pueblo, les estamos pagando para que gobiernen para la mayoría, respetando las étnias, las minorías, los derechos humanos, pero cuando uno ve que no hay esa vocación y que se mientan la madre en la cámara, que se insultan y que van por grupos, te desanimas.
¿Por quién votaría?
No sé por quién voy a votar. Para empezar, el voto se supone que es secreto y uno debe guardar esa secrecía; en segundo lugar, los personajes públicos tienen que ser muy cuidadosos en lo que dicen. Trataría de confiar en mi percepción para elegir una buena persona, un buen mexicano, un buen funcionario que nos ayude a salir adelante y no sólo por el color, que me parece muy arriesgado, el partidismo debe terminar.
En un país donde la mitad de los gobernadores están en la cárcel o están fugados o juzgados, te tiene que dar un temor espantoso.
¿Cuál considera que debe ser una prioridad en 2018?
La gente está temerosa de salir a la calle, según las estadística 10% de la gente no sale en la noche a la calle por miedo, están preocupados por sus hijos que salen a la escuela y no regresan. Qué puede ser más importante para un gobernante que darle seguridad a su pueblo. La tranquilidad es lo más parecido a la felicidad, pero si estás intranquilo porque la policía es corrupta, los abogados no son éticos, los jueces pueden ser corrompidos, todo eso va haciendo mella en el mexicano.
¿Qué mensaje les daría a los candidatos a la presidencia?
A ver si alguno habla de cultura, porque las campañas que escucho hablan de que van a dar dinero, que harán carreteras o colonias con sus nombres, pero qué van hacer con la pobreza y que hablen también de la cultura, porque ésta ayuda y un pueblo sin entretenimiento, sin baile, sin música, sin lectura, está condenado a la violencia.