El número de celebridades que recurre a la cirugía plástica es incontable. Suelen solicitar pequeñas intervenciones, como arreglarse la nariz, o una serie de cirugías que, a la larga, terminan transformando por completo sus rostros o cuerpos.
Sin embargo, no es algo propio del medio del espectáculo, está presente en todos los ámbitos, comenta el cirujano plástico José Achar Zavalza; es sólo que en el medio artístico es más notorio.
Zavalza ha tenido en su consultorio a personalidades como Carmen Campuzano y Sheyla, y explica que, si bien hay que aceptarse al 100%, eso no significa que no se pueda cambiar.
“El que no cambia pierde la oportunidad de ser algo mejor”, dice en entrevista.
En su experiencia, entre las intervenciones más comunes en las celebridades que asisten a su clínica está la liposucción y el aumento de busto. Pero así como defiende su profesión también señala que en el medio hay casos como el de Michael Jackson, quien llegó a un punto en el que las cirugías se volvieron mutilantes.
¿Podría hablarse entonces de estas prácticas como una adicción? Para Zavalza no hay un límite de intervenciones por paciente, cada uno es diferente y cree que es difícil que caigan en un aspecto nocivo. Sin embargo, sí pueden quedar irreconocibles o si la cirugía sale mal tendrán que recurrir a la reconstrucción.
Esos casos son los que atiende el doctor Paul Nassif, quien sí ve los extremos como adicción.
Nassif es de los médicos que está a la cabeza del programa Botched, que se transmite de lunes a viernes a las 20:20 horas por el canal E! y en el que tratan de solucionar cirugías que salieron mal.
“Sí, lo han visto durante estos años en el show, muchos pacientes tienen una adicción. Hay todo tipo de adicciones —a las bebidas, a las drogas— y la cirugía plástica puede serlo absolutamente”, dice en entrevista.
“Mucha gente no aprende realmente hasta que desafortunadamente algo malo sucede”.
Nassif relata que en un panorama extremo se han encontrado con pacientes que, a pesar de sus recomendaciones sobre ya no operarse, no los escuchan y regresan peor, por ello sugiere que en esos casos se busque una ayuda psiquiátrica.
“La adicción a la cirugía plástica es algo muy fuerte y ahí es cuando debes tener a alguien que te ayude, como un psiquiatra o psicólogo”, comenta.
“Al mismo tiempo necesitas doctores responsables y conscientes que, si ven que hay un caso que podría terminar peor, digan no. Desafortunadamente no importa en qué lugar del mundo estés, vas a encontrar doctores que te harían cosas aunque fuera por la razón equivocada”.