“Soy el bebé más feliz y sonriente del mundo”, así se define André, hijo de Sherlyb, en su perfil de Instagram que “abrió” antes de nacer y donde tiene más de 400 mil seguidores a tan sólo un año de edad.
La vida de Mila Mayer Subtil hoy la siguen 90 mil personas en esa misma red social, donde desde que nació hasta esta semana, tiene más de 740 publicaciones con fotografías de ella y su familia en su vida diaria.
Lo que tienen en común estos dos niños es que son hijos de famosos y su vida ha sido documentada casi desde el día uno a través de redes sociales , pues sus padres les han creado perfiles en Instagram que son manejados por ellos.
Este fenómeno es para la psicoanalista Mónica Tiburcio un tema interesante sobre el que incluso podríamos hablar de padres narcisistas.
Mónica es psicoterapeuta individual y grupal de niños, adolescentes y adultos, cofundadora de la consultoría psicológica de instituciones “Agruparte", además de especialista en intervenciones grupales en el ámbito educativo y empresarial.
La experta considera que quienes crean perfiles para los hijos a tan temprana edad es porque están tratando a sus hijos como una extensión del padre y esto significa tener una falta de empatía y de no reconocer que un hijo es un sujeto independiente.
“Los bebés no necesitan para su desarrollo emocional ni de ningún tipo, un perfil en redes sociales. Lo que necesitan es tener papás que los cuiden, que los ayuden a entender el mundo tanto interno como externo, reconocer sus emociones, desarrollar habilidades socioemocionales, conocerse a sí mismos”, dice Mónica Tiburcio.
“Todos tenemos necesidades de admiración, de que te den likes, el mundo se configuró de tal manera que es una ventana para mostrarte y que los demás te den like, reforzar tu autoestima, tus logros, en un nivel es normal y todos lo necesitamos de algún modo, el problema es cuando ya creas un personaje, estos perfiles donde creas un hijo ideal, perfecto, les imponen una personalidad sostenida en la imagen, en la belleza, el éxito, el lujo, finalmente en la apariencia”.
Mila, de 4 años, es hija de Sergio Mayer Mori y Natália Subtil . André, de un año, es el primogénito de la actriz Sherlyn , pero no son los únicos. Ariadne Díaz y Marcus Ornellas manejan el perfil de Diego, de cinco años, mientras que Cristian Castro y Paola Eraso manejan el de Rafaela Castro , de siete, y Grettell Valdez maneja el perfil de Santino desde 2017, cuando él tenía ocho años de edad, entre otros.
Aunque los papás son quienes están a cargo de estas cuentas de Instagram, la red social señala en sus condiciones que es para mayores de 13 años.
La psicoterapeuta considera que al sumar la vida de los pequeños a las redes a temprana edad no están permitiendo que el niño desarrolle su personalidad natural sino que se convierte en un tipo de imposición.
“Es algo sumamente agresivo para sus hijos porque aunque parece algo muy lindo quererlos mostrar al mundo, finalmente es no dejarlos crecer en un entorno de privacidad o de intimidad, los exhiben como trofeos y hay casos en donde hay explotación finalmente, quienes reciben algún beneficio económico de vestirlos con una marca”, considera.
“Parece algo muy lindo, por amor, por mostrar a tu hijo, pero en el fondo creo que no lo es”.
En contraste, hay famosos que recurren a lo contrario: mantener al margen la vida o identidad de sus hijos, como es el caso de celebridades internacionales como Justin Timberlake y Jessica Biel , que al subir una imagen en la que aparece su hijo mayor lo hacen de espaldas o con una calidad borrosa, o Ryan Reynolds y Blake Lively , que no suben fotos de sus hijos.
“Si ya eres famoso para ti es algo natural que tu hijo sea una extensión, en ese estilo de vida es algo natural pero también hay otros que buscan cuidar un poco su privacidad, la intimidad de los niños, algunos prohíben que les tomen fotos y ese es un intento de respetarlos, de decir ‘él no tiene porqué ser famoso, quiero que él se desarrolle como un niño normal’”, comenta la experta.
En esa línea se encuentran ejemplos como el de Lucero Mijares Hogaza , hija de los cantantes Lucero y Mijares , quien tiene 16 años y abrió su cuenta de Instagram en febrero de este año.
Las redes en 2021
En el mundo actual, la posmodernidad nos ha llevado a esto, señala Tiburcio, a que cada vez se vea más el tema narcisista. Señala que en consulta las patologías que más recibe son Trastornos de Personalidad Narcisista y Trastornos Borders , que son una falla en la crianza, en no tener algo tan sólido familiarmente que le permita a las personas desarrollarse con más estructura.
La parte positiva es que este tipo de dinámicas pueden ser un punto de reflexión para padres de hijos en general.
“Ahora no se trata nada más de que los famosos lo son por sus logros, porque hicieron algo especial para serlo, ahora toda la gente, o un gran grueso de la población, quiere ser famoso. Ese es el tema, que una mamá que a lo mejor no tiene ningún otro tipo de realización abra una cuenta de su hijo para que él sea famoso y ella también, para tener un lugar especial dentro de las redes. Desde mi punto de vista eso es patológico”.
Mónica Tiburcio. Foto: Mónica Tiburcio
Además, al llegar los niños a la adolescencia, sumado a los cambios propios de la edad y redescubrimiento de sí en el entorno, el tema de las redes sociales puede potenciar temas como la depresión.
Si bien no puede controlarse que un joven o incluso un adolescente tenga alguna de las redes que hoy existen como Instagram, Facebook , Twitter o TikTok , entre otros, la psicoanalista recomienda acompañar a sus hijos y ver qué reacciones hay en ellos al recibir o no reacciones como likes.
“La adolescencia es una edad donde estás en conflicto con tu identidad, saliendo de ser niño para convertirte en adulto. A veces los adolescentes en las redes están buscando que alguien más les ayude a confirmar si van bien, si tienen toda una gama de fans que les estén diciendo, ‘muy bien’ la libran, pero si tienen un rechazo o son diferentes y no reciben eso pueden hasta desarrollar depresión, incluso ideas suicidas, puede ser muy grave”, enfatiza.
La experta señala que es difícil saber realmente las repercusiones que habrá en estos niños, la más lógica, menciona, es que desarrollarán una personalidad narcisista pero puede ser que no del todo y que desarrollen un Trastorno Límite de Personalidad , donde no se saben definir y puedan caer en ansiedad, depresión, conductas adictivas o tendencias suicidas. Considera que estos resultados no se podrán determinar y se verán hasta dentro de unos años, cuando las nuevas generaciones crezcan.
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