Actriz, productora, directora, activista y, ante todo, madre: la estadounidense Eva Longoria explicó este viernes que asume cada uno de esos roles con confianza y la intención de dejar cada puerta que se le abre abierta para las demás.

"Muchas mujeres piensan: 'No estoy preparada, me falta experiencia', pero, simplemente, tienes que lanzarte. Yo llevo dirigiendo doce años. Creo que soy buena diciéndo a la gente lo que tiene que hacer", destacó en la charla "Women in Motion" organizada por el grupo del lujo Kering en el marco del Festival de Cannes.

Longoria, de 44 años, subrayó que ha labrado su camino "desde abajo": pasó dos años como extra antes de que le concedieran sus primeras líneas, empapándose del proceso de rodaje, y de ahí fue escalando hasta que "Desperate housewives" le dio en 2004 fama mundial.

"Ocupó una década de mi vida, pero sabía que en esa serie no estaba alcanzando todo mi potencial. Aunque fuera la mayor serie del momento, no tenía ningún control sobre ella. En mi cabeza, siempre he sido productora. Me encanta el aspecto empresarial. Eso me inspiró a producir y a empezar a dirigir", dijo.

Firmó su primer corto, "A proper send-off", en 2011; cogió experiencia con capítulos televisivos, la adaptación estadounidense de la serie española "Gran Hotel" se encuentra en fase de posproducción y prepara su primer largometraje, "24-7", una comedia en la que también actuará.

"Una vez que una puerta se abre, es importante dejarla abierta para otras mujeres", apuntó Longoria, que denunció que Hollywood es "un sistema patriarcal" en el que hay que pelear para dar oportunidades a otras compañeras.

Los puestos dirigentes están ocupados por hombres: "No se trata de cambiar mentalidades, sino de ocupar sus puestos", añadió la intérprete, que lamentó que cuando una directora fracasa se deje de confiar en ella, a diferencia de lo que ocurre con los realizadores.

"Hay sitio para todo el mundo", recalcó Longoria, contenta de que, después de los movimientos reivindicativos "Me too" y "Time's up", las mujeres de la industria "están hablando entre ellas" para consultar sus situaciones y mejorarlas.

No obstante, reconoció sentirse una privilegiada: "Tengo mucha suerte de estar en una industria en la que puedo estar con mi hijo. Le daba de mamar mientras dirigía 'Grand Hotel'. Tengo suerte de que cada vez que estoy en un set está en mi oficina. Para mí es fácil conciliar".

Santiago Enrique, su primer hijo, nació el pasado junio fruto de su matrimonio con el empresario mexicano José Bastón, de 50 años de edad.

Desde su nacimiento, su perspectiva ha cambiado: "Mi activismo y trabajo caritativo han tomado un sentido de urgencia. Pienso: 'Oh, Dios mío, tengo que salvar el mundo'. Mi mayor temor es dejarle un mundo peor".

En esa labor ocupa un lugar destacado su fundación homónima, centrada en apoyar a las mujeres latinoamericanas.

"Para mí es el trabajo de mi vida. Siempre digo que las mujeres de la comunidad latina son las más fuertes del mundo. Hacen muchas cosas y siempre para su familia, y esa es la razón por la que quiero ayudarlas", concluyó.

rad

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