La experiencia de sumergir a actores profesionales en mundos reales, conviviendo con gente común elevados a integrantes del elenco, es algo que ha permeado en el cine nacional. Aquí te presentamos algunos ejemplos de ello.
Basada en una historia real, esta docuficción protagonizada por Mónica del Carmen y Raúl Briones, se rodó en parte en una academia policiaca, donde ambos actores ingresaron sin que los demás cadetes lo supieran. Las escenas que se ven de ellos estudiando, son reales.
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El 80% de los personajes que aparecen a cuadro, son habitantes de Tepito. La directora Iria Gómez echó manos de ellos para contar la historia de una vecindad que intenta ser destruida y sus vecinos se unen para impedirlo.
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Luis Buñuel convocó a niños de los barrios capitalinos para aparecer en este clásico del cine mundial. Mario Ramírez, quien interpreta al niño indígena "Ojitos", era realmente un niño campesino, quien no volvió a hacer cine.
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El director Diego Quemada Diez no sólo eligió a tres adolescentes no actores como sus protagonistas, sino que realmente siguió la ruta del tren que los migrantes siguen para llegar a EU. Muchas veces, ante la preocupación de productores, perdían la señal telefónica.
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Meses antes del rodaje, Gerardo Tort y la escritora Marina Stavenhagen convivieron con niños en situación de calle para darle profundidad a la historia. Algunos de estos pequeños llegaron a formar parte del elenco, al lado de los profesionales Maya Zapata y Luis Fernando Peña.
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