Los tiempos han cambiado y el impacto de la gran pantalla chica ya no es el mismo, y eso le quedó claro al productor Miguel Ángel Fox cuando le tocó preparar, en meses pasados, el especial por los 70 años de Televisa, que se presentó el pasado 13 de noviembre por Las Estrellas .
La emisión recibió algunas críticas por resumir 70 años de historia en sólo dos horas, sin embargo, este ejercicio le dejó dos lecciones: por un lado, la idea de que podría hacer a futuro una serie enfocada en las nuevas generaciones, que aborde la historia de la televisora, y por otro, la reflexión de cómo ha cambiado el impacto de la televisión en las audiencias.
“En la época en la que yo entré a la televisión el impacto era mucho mayor porque no había tanta competencia, todo a lo que le ponías un poquito de cariño era fenómeno; en el área infantil, ibas a los restaurantes de México y la gente hablaba de la televisión, de lo que había salido el día anterior, esa era la conversación; y en las telenovelas, igual. Ahorita se ha diluido”, dijo a EL UNIVERSAL .
Esto, aclaró, abonó a la democratización de los contenidos: “Cuando fue ‘ Big brother ’ nada más se hablaba de ese tema; sí han cambiado mucho las cosas. En realidad, también me gusta mucho este tiempo”.
Daniel Lares, director del canal Tlnovelas, está de acuerdo en que, en décadas pasadas, el impacto de la televisión era muy potente, especialmente a través de los melodramas, que son el sello de Televisa, o al menos, lo fueron.
"La industria de la telenovela no llega de la nada. Cuando viene el declive del cine nacional, en los 60 y 70, lo que emergen son la radio, la radionovela; la televisión ya llevaba unos años incursionando, se iba sofisticando y se iba masificando; del teleteatro se pasó a la telenovela formalmente en 1958 con ‘Senda prohibida’ y después ‘Gutierritos’. La tecnología moldeó al género, primero fue en vivo, luego vino el videotape: mientras en EU se hacían ficciones en 35 mm para llegar al volumen de producción, en México se hacía en videotape", recordó.
Este liderazgo, dijo Lares, llevó a que Marimar fuera todo un suceso en Filipinas en 1996, y cuando Thalía fue a este país, dos millones de personas la recibieron, incluso el propio presidente, y todo porque allí no producían estos contenidos, sino hasta años después, volviéndose también un país punta de lanza en creación de melodramas. “En México no nos modernizamos, nos encapsulamos en una burbuja”, señaló Lares.
Para el dramaturgo y productor Miguel Sabido, creador del concepto de “entretenimiento educativo”, telenovelas que además sirvieron como conocimiento añadido para el espectador, el tono que empleaba la televisión en esa época fue clave para conectar con las audiencias.
"De manera lógica, el ‘Canal dos, de las estrellas’ heredó el estupendo parámetro tonal que había establecido don Emilio Azcárraga Vidaurreta en la XEW, desde 1930, y que la convirtiera en la estación de mayor éxito en América Latina. Con enorme sensibilidad para las apetencias tonales de la clase media que estaban saliendo de la revolución y la guerra cristera, la XEW se convirtió en la guía moral, qué estableció una educación sentimental para la gran mayoría de la clase media de la República".
Ahora, el esfuerzo está en cómo hacer que las nuevas generaciones de espectadores encuentren en la pantalla chica de Televisa una opción, una alternativa. Miguel Ángel, que en su haber tiene proyectos como Tatiana, “Big Brother” y actualmente “¿Quién es la máscara?”, cree que la clave hoy está en mezclar dos elementos: generaciones diferentes de artistas y de distintos entornos, tales como Yuri, Carlos Rivera, el influencer Juanpa Zurita , entre otros.
“Creo que ‘La máscara’ es un buen ejemplo de cómo puede convivir la televisión con lo digital. Estábamos platicando que Juanpa llevó a Adrián y Emmanuel a aventarse de paracaídas, vimos en televisión dos minutos y en las redes Juanpa contó toda la historia. Me gusta cuando las redes sociales te cuentan una historia diferente de lo que viste en televisión”.
En cuestión de audiencias, ‘La máscara’ ha logrado colocarse en los principales números, con casi ocho millones de espectadores en sus transmisiones dominicales, y los domingos también se vuelven tendencias en redes sociales, por lo que Miguel Ángel cree que quizá esa sea la ruta, pero siempre será sobre la práctica donde descubran qué conecta con la gente y qué no, pues ya quedaron atrás aquellos días gloriosos de la televisión.
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