Si alguien duda de la cada vez más normalidad en la exhibición mexicana, basta ver la cartelera de este fin de semana.
Las más de 7 mil pantallas existentes en la República están dominadas por secuelas y franquicias como las nuevas entregas de John Wick,, Scream, Creed y Shazam, junto con la reciente Calabozos y dragones: honor.
Pero hay otras, sin grandes reflectores, a las que vale la pena asistir porque seguramente les queda poco en cartelera y, además, seguramente habrá boletos disponibles.
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Los personajes de Mitsuri Kanroji y Muichiro Tokito, pilares del amor y la niebla, respectivamente, forman parte de esta cinta animada que fue remasterizada en 4K, pensando en la pantalla grande. Demon Slayer fue creado en 2016 en ánime y pronto se convirtió en un éxito, llevándose primero a la tv y después al cine.
Ben Affleck, el Batman del cine, se pone de nueva cuenta la gorra de director para contar la historia de Sonny Vaccaro, el vendedor de zapatos que persiguió hasta el cansancio a Michael Jordan, la figura dominante del basquetbol en los 90, para que fuera su cliente en una nueva línea de tenis. Seguramente usted o alguien muy cercano, ha tenido en su poder uno tenis de esa marca, en donde la figura saltarina de Jordan, llama la atención.
Propuesta mexicana de terror a la cual, después de casi dos meses en cartelera, sigue defendiéndose ante la aplanadora hollywoodense. El miedo a la maternidad, tema tabú en la sociedad del orbe, es el eje de la historia que contabiliza alrededor de 800 mil espectadores; ya quedan pocas salas.
Para los niños se encuentra esta aventura animada en donde momias egipcias, entre ellas una princesa y un bebé cocodrilo, viven en una ciudad secreta subterránea y de pronto, son trasladados a la ciudad actual de Londres. ¿El antagonista? Un arqueólogo que se llevó joyas de la familia real.
Alejandro Camacho interpreta a un hombre recién viudo, quien descubre que su esposa le fue infiel con algunos hombres. Enmarcada en la comedia de humor negro, la historia sigue al doliente buscando a esas personas, pero sin ánimos de venganza o violencia mínima.
melc