Después de que Jamie Lynn Spears dio una entrevista para promocionar su libro autobiográfico "Things I Should Have Said" (Cosas que debería haber dicho), la guerra de declaraciones entre ella y su hermana Britney Spears , no ha parado.
En el libro, Jamie aseguró, entre otras cosas, que la exitosa cantante la encerró en una habitación amenazándola con un cuchillo.
En su cuenta de Twitter, la intérprete de “Toxic” escribió: “Jamie Lynn, te felicito, nena. Lograste desbloquear otro nivel de bajeza. Nunca estuve cerca de ti con un cuchillo ni tampoco se me hubiese ocurrido hacer algo así. Por favor para con estas locas mentiras para los libros de Hollywood. Ahora y solo ahora sé que solo una basura podría decir cosas similares sobre mí”.
Y agregó: “Estoy muy confundida al verte en ese lugar porque, honestamente, no tiene nada que ver con quien creía que eras (...) Felicitaciones por hacerle conocer a tu hermana mayor el concepto de ‘caer cada vez más bajo’, porque esta vez te lo ganaste, bebé”.
Horas más tarde, la cantante volvió a su cuenta de Twitter para bajarle el tono a la discusión y para aclarar ciertos puntos con su hermana menor.
“Jamie Lynn, no creo que tu libro sea sólo sobre mí. Dije algunas coas hirientes porque obviamente me lastima lo que estás diciendo sobre mí”, se lee en el inicio del posteo.
“Cuando dije que solo una basura puede decir algo semejante sobre alguien, podría jurar que pensé: ‘Pero tú no lo eres’. Pero no tiene ningún sentido para mí todo lo que estás diciendo”, continuó.
“Sé que trabajaste duro por tu vida, y lo que lograste es increíble. Pero creo que vas a estar de acuerdo conmigo en el hecho de que nuestra familia nunca fue ni remotamente tan dura contigo como lo fue conmigo. Lo que papá me hizo es algo que ni siquiera le hacen a los criminales. Así que cuando tú te sientas y actuas completamente distante con lo que me ha sucedido, me resulta honestamente insano”, expresó.
“¿Conoces a alguien que haya trabajado tan duro como yo lo hice? Dediqué muchas horas durante estos 13 años solo para que me envíen lejos durante cuatro meses sin ningún motivo. Y no contaré, siquiera, lo que me hicieron en ese lugar. Les tomó años darme una taza de café. Gente que ha matado a otros y está en la cárcel o sentenciados a muerte pueden tener tanto café como quieran. Así que, ¿por qué carajo mi propia familia me escondía el café?”, recriminó.
Los reclamos de Britnet continuaron:
“Ustedes me trataron como si yo fuera nada, y eso no es ni siquiera la mitad de todo lo que pasó. Estoy honestamente shockeada. ¡Papá ni siquiera está en la cárcel! ¡Vamos! Se supone que íbamos a apoyarnos mutuamente, pero lo que estás diciendo realmente me confunde. Lo único que sé es que te amo incondicionalmente; así que sigue adelante y dí lo que quieras decir. ¡Es tan vulgar que una familia se pelee públicamente de este modo! Dices que me amas... Aunque tu lealtad continúa con la gente que más me lastimó. Creo que lo que más me entristece es que cuando todo esto me sucedió y yo te llamé desde ese lugar, te tomaste días en responder. Nunca pude hablar contigo. Podrías haberme enviado un texto días después. Yo estaba tan asustada... Te necesitaba. Mi familia, mi sangre. Necesitaba tu apoyo más que ninguna otra cosa”, rememoró.
“Ustedes no hicieron absolutamente nada hasta hace un año. Dije algo en Instagram y tú y Bryan (el hermano de ambas) aparecieron en mi casa... ¡Por un posteo de Instagram! Eso es lo que me da más tristeza. ¿Por qué? Porque yo te necesitaba mucho antes y el hecho de que ustedes aparecieran riéndose en mi portón en lugar de haber estado junto a mí mucho tiempo antes, me pone muy triste. Ya no me importa. Di lo que quieras. Sólo ten en cuenta que conozco tu corazón más que nadie. Te mereces tener una hermosa vida. Desearía poder hacer lo que tú estás haciendo y dar entrevistas, pero me aterra la idea. Te admiro por ser fuerte. Te amo y creo que lo sabés”, finalizó.
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Desde el jueves, la menor de las Spears no permite que se hagan comentarios en las redes sociales, luego de que cientos de usuarios la acusaran de seguir lucrando con su hermana, al igual que el resto de su familia. Es que, si bien hasta hace apenas unos meses se desconocía cuál era el vínculo entre las dos hermanas, desde que Britney recobró el dominio de su vida y de su patrimonio, quedó en claro que su pequeña hermana ya no está de su lado.
Tras más de 13 años, en noviembre pasado la cantante fue finalmente liberada del férreo régimen de tutelaje judicial a cargo de su padre, James Spears . “Jamie”, como lo conocen todos, había tenido el manejo de sus finanzas y vida personal durante casi toda su vida adulta y las recriminaciones contra él se habían hecho cada vez más públicas y masivas, sobre todo gracias al activismo de sus fans, bajo el ya famoso estandarte #FreeBritney.
Apenas recuperó su “libertad”, Britney se sinceró con sus seguidores acerca del calvario que vivió durante los últimos años. En un testimonio publicado a través de Instagram sobre su familia días después de la recuperación de su libertad, la cantante expresó: “Ni siquiera estoy mencionando todas las cosas malas que me hicieron por las que todos deberían estar en la cárcel. Sí, ¡incluida mi madre que va a la Iglesia!”
Desde 2008, Jamie Spears tomó el control de las finanzas y de la vida profesional de su hija. Con el paso de los años, el abuso se convirtió en un sistema, llegando incluso a dominar las decisiones más íntimas de la artista.
Ejemplo de esto fue que Britney reveló que su padre no la dejaba quitarse el dispositivo intrauterino para poder tener hijos con su actual pareja, Sam Asghari.
Sobre el hecho de que fuera su padre el que dispusiera de los bienes de su hermana y manejara su carrera sin que ella tuviera voz ni voto, Jamie Lynn prefirió mantenerse al margen. “Cuando (la tutela) se puso en marcha, yo tenía 17 años, estaba a punto de tener un bebé. No entendía lo que estaba sucediendo, ni estaba concentrada en eso (...) Entendía tan poco sobre el tema entonces como lo entiendo ahora”, admitió.
En junio pasado, la última vez que Britney pasó por la corte, realizó un relato pormenorizado de muchas situaciones que vivió. Incluso de sus internaciones. “Lo siento, Brittany, tienes que escuchar a tus médicos que planean enviarte a una casa en Beverly Hills para hacer un pequeño programa de rehabilitación que vamos a concretar para ti. Vas a pagar 60.000 dólares al mes por esto”, relató lo que un día le dijo su padre.
“Lloré por teléfono durante una hora y le encantó cada minuto. El control que tenía sobre alguien tan poderosa como yo. Le encantaba controlar para lastimar a su propia hija y al 100 por ciento. Le encantó. Hice mis maletas y fui a ese lugar. Trabajé siete días a la semana, sin días libres, lo que en California lo único similar a esto se le llama tráfico sexual. Trabajar en contra de tu voluntad, quitarte todas tus posesiones: tarjetas de crédito, efectivo, teléfono, pasaporte”.
También relató su negativa a hacer un show en Las Vegas luego de varios ensayos: “Tres días más tarde de decirle que no a Las Vegas, mi terapeuta me sentó en una habitación y me dijo que había recibido un millón de llamadas telefónicas sobre cómo no cooperaba en los ensayos y que no había estado tomando mi medicación. Todo esto era el problema. Inmediatamente, al día siguiente me puso litio, de la nada, me quitó los medicamentos normales que había estado tomando durante cinco años y el litio es un medicamento muy, muy fuerte y completamente diferente en comparación (...). Puedes sufrir una discapacidad mental si tomas demasiado, si te quedas con él por más de cinco meses. Me sentí borracha, realmente ni siquiera podía defenderme”, recordó.
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