Alejandro Camacho no es un actor que busque personajes simples o que se construyan a base de clichés, el actor aseguró que le gusta que sus papeles sean complejos, que lo obliguen a transformarse y que al final de la función se queden en la mente del espectador.
“Me gusta provocar, para eso es el teatro y el arte, para provocar ilusiones, imágenes, música, ideas, es un juego llevado hasta las últimas consecuencias”, dijo Camacho, quien estrenará este sábado la puesta en escena La virgen loca, en el Teatro 11 de Julio.
Se trata de un texto de Hosmé Israel, en el cual Camacho interpreta a una mujer de 160 años, quien todos los días ruega a San Antonio que le conceda conocer un varón (ya que se ha mantenido virgen), sin importar cómo sea éste, pero en medio de su soledad recrea vívidamente cada uno de sus anhelos, haciendo que el público viaje al interior de su mente, riendo, compadeciéndose y llorando con ella.
“Hace tiempo que no me encontraba una obra como ésta, que desde que leí dije, ¿ qué es esto? ¡Tengo que hacerlo!”, recordó el actor, quien recibió el libreto de manos del director Enrique Pineda, quien lo dirigió en Drácula; y el productor Rubén Lara.
Para Alejandro no es extraño vestirse de mujer, lo hizo en la puesta en escena Las criadas, en la cual participó en dos ocasiones, en 1977 y en 2016.
“No es en sí una mujer, es un ente del teatro representado por una anciana en busca de un varón, tiene una dualidad que la hace ser ambos sexos al mismo tiempo, es como Lucifer”.
Para Camacho, salir al escenario sigue siendo “dolorosamente dulce”, porque para él, el teatro es un espectáculo inteligente que propone sensibilidad y una realidad alterna.
“Esta obra es una verdadera locura, es algo que está en mí y en los espectadores, donde cada uno tiene una historia que contar y distintas formas de ver la vida, pero el teatro unifica. Estoy muy contento ante el reto”.
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