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aridiana.banos@eluniversal.com.mx
Falta poco más de una hora para la función de las 20:00 horas y Ernesto D’Alessio se encuentra en su camerino alistándose para convertirse en Jean Valjean, el protagonista de la puesta en escena Los miserables. En ese espacio no hay estrés sino mucha tranquilidad, debido a que el actor disfruta su estancia en el musical.
“No sé cuántos seres humanos en el mundo puedan decir que han logrado todos lo sueños que tenían cuando eran niños, pero yo puedo decir que los sueños y expectativas que tenía en cuanto a mí en el teatro musical han sido rebasados. No pensé que iba a actuar en todos las obras que he tenido la fortuna de interpretar. De entrada, mi primer experiencia en los musicales fue Los Miserables”.
Mientras el maquillista comienza su labor de caracterización, pintando el símbolo de Caín en su pecho, Ernesto explica que en 2002 –la primera vez que se montó esta obra en México— él tenía en su historial dos discos y dos telenovelas; el teatro no estaba en su panorama pero su hermano Jorge lo animó a aplicar para las audiciones de Los miserables después de que vio la convocatoria en la puerta del entonces Centro Cultural Telmex.
“Fui hacer el casting y la verdad es que fueron demasiadas críticas, hay mucha discriminación en el medio artístico, si tú empiezas haciendo una telenovela y luego quieres hacer una serie, es un ‘no’ porque haces una telenovela, pero en mi caso aún más. Hice 12 callbacks sumamente complicados para interpretar a Marius y al final me quedé en la obra. Todos los miembros del elenco venían de hacer La Bella y la Bestia, Rent, Full Monty, entonces cuando llegué la primera vez a los ensayos me miraron como diciendo: ‘¿éste qué hace aquí?’ No me puse a debatir porque con trabajo pude demostrar lo que yo podía hacer”.
Lo cautivó de tal manera el teatro que Ernesto ya no quiso hacer telenovelas pues le aburrían, fue así que comenzaron a llegar proyectos como José el soñador, Bésame mucho, El cartero, Si nos dejan, La era del rock, La dama de negro y El hombre de La Mancha, hasta que Los miserables vuelve a cruzarse en su camino.
Hace el casting, llega al final, pero como esta vez buscaba el personaje de Jean Vaijean (el único que es elegido directamente por el productor Cameron Mackintosh) se decide que el actor español Daniel Diges sea el titular y él, alternante. Pero debido a que se convierte en servidor público al ganar una curul en la Cámara de Diputados, abandona el proyecto en su inicio de temporada.
“Estaba muy emocionado y me puse muy triste porque iba a ser el primer Marius en la historia de Los Miserables que años después interpreta a Jean Valjean, pero además en el mismo país. Sin embargo quedó abierta la posibilidad”.
A diferencia de su primera vez en teatro, el recibimiento de Ernesto en la compañía fue como llegar a casa porque ya había trabajado con muchos de los actores y actrices que están ahí. Esto le facilitó tener la obra lista en 20 días. Ernesto recuerda que en su primera función el 7 de marzono podía parar de llorar y lo hizo desde que escuchó los primeros acordes de la música.
Su vecino de camerino, Nando Pradho, quien interpreta a Javert, comienza a vocalizar y su potente voz inunda el lugar donde Ernesto se encuentra. Ya con el micrófono y peluca puesta, comparte que esta historia no sólo lo ha tocado a él sino también a sus dos hijos varones Jorge y Mateo, de 14 y ocho años de edad. Este último se emocionó tanto de ver a su papá en escena que se pintó el mismo símbolo en el pecho y duró tres días con él.
Pero la conexión con Jorge es distinta y hace que la oración de Jean Valjean, donde pide por el personaje de Marius, tome otro significado.
“La frase que siempre me hace recordarlo es: ‘es como el hijo que soñé si me lo hubiera dado Dios’, porque es un niño que yo conocí cuando tenía un año de edad y que prácticamente yo crié, eduqué y adopté como mi hijo. Recuerdo que muchas personas me decían que le pidiera al niño que me dijera papá porque él cuando me conoció me decía Ernie, como me dicen mis amigos, pero no lo hice porque debía nacer de su corazón.
“Cuando tenía tres años me decía ‘papito Ernie’ y lo llevaba y traía de la escuela, un día nos sentamos y de pronto me dijo papá. Él en mi corazón es mi primer hijo varón”.
Mientras Ernesto rememora estos momentos, la primera llamada se deja escuchar, además de un aviso donde le piden ir al escenario a ensayar una escena de combate. Sabe que las funciones como Jean Valjean están contadas, porque cerrará temporada el 28 de abril. “Los miserables te cambia la vida, entonces quizá el día de mañana ya no esté en la puesta, pero a lo mejor sea yo el productor”.