En el sexenio de Adolfo López Mateos (1958-1964) se creó la red más grande de teatros en Latinoamérica, con 38 recintos distribuidos por todo el país.
El objetivo de Benito Coquet, entonces director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), fue que tanto derechohabientes como el público en general tuvieran acceso a obras y otras expresiones artísticas de calidad a precios razonables.
Pero al drama que ya vivían los teatros desde hace años, al tener cada vez menos visitantes, se le sumó el confinamiento por la pandemia del Covid-19, que mantuvo estos recintos a puertas cerradas durante 19 meses.
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Mañana, que se conmemora el Día Internacional del Teatro, este mega proyecto debe sortear una enfermedad: la de los números rojos.
“En los últimos cinco años habíamos incrementado ingresos, la inversión en el mantenimiento teatral era considerable; la pandemia sí fue muy dura con nosotros porque disminuyeron los ingresos”, reconoce Ruth Gómez, directora del Fideicomiso de Administración de Teatros y Salas de Espectáculos del IMSS.
Uno de los desafíos de esta red es tener capital para mantenerla. Por sus características, no percibe dinero del presupuesto, sino que se sostiene de un fideicomiso alimentado de la comercialización de sus espacios.
“Esos ingresos se reinvierten en la operación, como el mantenimiento y equipamiento teatral. Al cerrar en marzo de 2020, y que las escuelas ya no tuvieran la posibilidad de tener eventos presenciales, hubo una natural afectación”, detalla la funcionaria.
En datos obtenidos por EL UNIVERSAL, vía transparencia, se desglosan las pérdidas que esta red teatral tuvo de 2019 a 2021.
El Fideicomiso había logrado un ingreso de 25.8 millones de pesos antes de la pandemia, pero sólo consiguió 7.9 millones en 2020 y 5.1 millones el año pasado, lo que significó una pérdida de hasta 80.2%.
Las actividades que representaron ingresos pese a la pandemia incluyen grabaciones de eventos en streaming, reuniones de capacitación e institucionales y obras de teatro con público limitado, que iniciaron con el Teatro Hidalgo en abril del año pasado, seguido del Teatro Legaria y otros importantes, como el Teatro Julio Prieto, conocido también como Xola.
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Este es el que más ingresos ha registrado en los últimos tres años, con un total de 4.6 millones, a pesar de que al estar junto a un hospital que fue centro de atención por Covid, se mantuvo cerrado más tiempo que otros.
Rescatar la red teatral no parece tarea sencilla, la funcionaria considera importante “calentar” los recintos, es decir, que el público ubique las ofertas y regrese a las salas, algo que ayudaría en especial a los productores independientes, que son los que rentan los espacios, lo que se sumaría a la oferta cultural del IMSS: “Ahorita el Teatro Isabela Corona está programado por el INBA”, explica Gómez.