Lorena Herrera nunca ha sentido que pasa desapercibida. A finales de los 80 e inicios de los 90, la rubia acaparó todas las miradas de la televisión y el cine en México, así que se sabe con autoridad para hablar de cómo lidiar con los estándares de belleza.
La suya la encaminaba a conquistar certámenes no sólo en México, sino en Estados Unidos. Recuerda uno en especial: “Conseguí entrar al más importante de modelos en Nueva York, pero cuando se iba a realizar no me encontraron, porque yo andaba en Acapulco”.
El puerto guerrerense era sinónimo de juventud y fama en esa época, cosas que Lorena representaba. Ella rescata sus vivencias, especialmente en los 90, cuando comenzó, además, su carrera musical, misma que generó su fiel fandom, integrado en gran parte por la comunidad LGBTQ+, que la ha apoyado.
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La modelo de 57 años habla con EL UNIVERSAL en la promoción de dos realities: La más draga: todas las más, que puede verse en YouTube, y Siempre reinas, por Netflix.
¿Cómo te encuentras hoy?
Muy contenta con mi vida, de que tengo trabajo, tiempo para mí y mi pareja, que tengo mucha salud, gracias a Dios, tiempo para hacer las cosas que me gustan, como ejercicio, leer, pasear, viajar...
¿Extrañas hacer telenovelas?
Honestamente, no, te quitan mucho tiempo, son muy desgastantes, ya no tienen la proyección que tenían hace 20 años. Mucho tiempo invertido ahí en las grabaciones, el cual ya no te deja tiempo para ti, para hacer ejercicio ni estar con tu pareja. Me gustan más los proyectos de ahora como un reality o algo así, uno o dos meses y tienes más proyección. Ya los tiempos han cambiado, cada proyecto que se me ha presentado ha sido diferente.
¿Quién te enseñó la disciplina?
No fue algo que me hayan enseñado mis papás y en mi casa, o sea, de que yo hiciera ejercicio, ni llevar una alimentación sana, ni nada de eso. Obviamente que me dieron una buena educación, valores y principios y todo, pero no es de que en mi casa hayan sido súper deportistas y que llevaran una mega alimentación o cositas así. Eso ya fue cuando empecé a crecer, cuando fui adolescente, de 14, 15 años, cuando empecé a hacer ejercicio, porque me llamaba la atención.
¿Eras deportista en esa época?
No lo considero, pero siempre he hecho ejercicio, y yo fui la que busqué eso desde chica, tomando clases al inicio de aeróbics, después de tenis y ya después, cuando empecé en el medio artístico, hace 35 años, me metí al gimnasio, a las pesas, que es algo que nunca he dejado.
¿Y rebelde?
Fui libre. Mis papás me educaron con mucha libertad, pero nunca les di realmente dolores de cabeza. Hacía mis travesuras y mis cosas, pero como que las hacía a escondidas, nunca se daban cuenta. (risas). No fui una jovencita que le gustaran las drogas ni de alcohol, ni nada de eso. Me encantaba ir a las fiestas y bailar, o los antros, siempre me gustaron mucho, pero yo me las ingeniaba para desvelarme y todo sin que mis papás se dieran cuenta. No les di dolores de cabeza.
¿Extrañas los 80 o 90?
Los 90, que fue la época que yo viví más. Añoro muchísimas cosas, vivíamos en unos tiempos de un México más tranquilo, más seguro, donde no había redes y la gente no estaba como ahora: metidos en el teléfono todo el tiempo, me incluyo. Eran otros tiempos donde compartías, realmente te relacionabas con los demás, vivías un poquito más el aquí y el ahora. Ahorita ya la gente está completamente desconectada de sí mismos porque se encuentran completamente conectados con el celular y las redes.
¿Qué opinas de los cánones de belleza en las jóvenes de hoy?
Se ha vuelto más complicado en los últimos años, con esto de tener glúteos gigantescos, que no es normal, así no somos y mucho menos las mexicanas. Cada vez se la ponen más difícil a las jovencitas y eso las lleva a situaciones complicadas como trastornos, por cumplir lo que pone la sociedad, los medios y ahora, las redes. Yo estoy a favor de llevar una vida sana, hacer ejercicio, cuidar tu alimentación, no comer productos procesados, y aceptarte; hay mujeres que tienden a estar más llenitas, hay que ser feliz.
¿Qué le dirías ellas?
Que cada quién es único, la belleza realmente importante y la que cuenta es la interna, en verdad. ¿Cuántas mujeres no hay que son bellísimas por fuera, pero por dentro no hay belleza? Lo principal es aceptarnos como somos y basar esa autoestima en esos valores internos, como esa paciencia y tolerancia. Cuando hay una belleza interna, siempre sentirán atracción por ti.
Hablando de exigencias sociales, ¿te arrepientes de no haber tenido hijos?
No, realmente estoy muy contenta de haber tomado esa decisión y más en los tiempos en que vivimos de tanta inseguridad, no sólo en las calles, ni en México, sino en el mundo. De toda la corrupción que hay, la pornografía en las redes, tantas cosas tan terribles, ¿cómo cuidas a un hijo de darle valores, principios morales y de cuidarlo en otros aspectos cuando están ahí? Y no los puedes alejar de todo este nuevo mundo de la tecnología y de las redes. No, no, la verdad es que estoy contenta de haber tomado esa decisión.
¿Es cierto que estuviste a punto de congelar tus óvulos?
Sí, tiempo atrás cuando tenía otra pareja, pero era una relación inestable. Hoy estoy feliz, no diría plena porque así estaré cuando logre objetivos espirituales e interiores.