Detrás de las historias de acción, animación y comedia, hay un género acechando a los jóvenes mexicanos, a sabiendas de que es su favorito sin importar la época del año: el terror.
De acuerdo con datos de ComScore, compañía que contabiliza la audiencia de cine, servicios OTT y TV lineal digital, los centennials de entre 18 y 24 años son quienes más consumen este género, siendo México y Corea del Sur los países que más lo devoran en el mundo.
“Tiene que ver con lo cultural nuestro, con esta relación que hemos tenido siempre con los espíritus, con los fantasmas”, comenta Luis Vargas, vicepresidente de LATAM ComScore.
Un conteo realizado por EL UNIVERSAL arroja que anualmente se estrenan al menos seis producciones nacionales del género en festivales especializados como Macabro, Feratum y Mórbido, de las cuales no todas logran llegar a las salas comerciales; algunas prefieren debutar en plataformas de streaming o limitar su presencia a los propios festivales.
El año pasado, la cinta "Huesera", de Michelle Garza Cervera, fue vista por más de 800 mil personas y, en lo que va de 2024, ya se estrenaron los filmes "Desaparecer por completo" y "Mírame".
El mes próximo llegará Jugaremos en el bosque, que trata sobre unas gemelas terroríficas; y se espera fecha para la nueva apuesta de Rigoberto Castañeda (Kilómetro 31), acerca de la conocida leyenda de la enfermera que deambula en hospitales.
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“Lo importante es que se ve que el terror sirve para hablar de cosas profundas, no sólo es que brinque la gente”, comenta Michelle, “en Huesera, por ejemplo, se habla del miedo a la maternidad, siendo tema tabú”.
Toman leyendas locales
Junto a las anteriores, hay una nueva apuesta que tiene que ver con el slasher, subgénero de terror caracterizado por la presencia de un psicópata, la mayoría de veces enmascarado, que acaba uno a uno con jóvenes que se encuentran sin apoyo de algún adulto.
El socio de la muerte, sobre un ente que porta una máscara de búho y se come a sus víctimas en Real del Monte, Hidalgo, está en los toques finales de posproducción.
La historia escrita y producida por Oswaldo Estrada Rondón se basa en una leyenda de la zona ocurrida en 1911, teniendo como estelar a Olivier Orange, un británico que asesinó a niños, cuyos espíritus, se dice, pasean en el cementerio, donde ocasionalmente se les puede ver y escuchar.
El filme, dirigido por el español Igna L. Vacas, se filmó completamente en el panteón local.
Comienza durante la noche de Halloween con un grupo de jóvenes que se adentran entre lápidas y tumbas para desenterrar la verdad sobre el espeluznante mito.
Arnulfo Reyes (El señor de los cielos y Enemigo íntimo) se enfunda en la piel del personaje central, que tiene como objetivo acabar con el grupo de jóvenes integrado, entre otros, por Daniel Mandoki, José María Bourdillon, Laura DiLuca y María Estebaranz.
“Todo inició cuando me llegó una nota de prensa que contaba la historia del panteón, cómo llegaron los mineros ingleses al lugar y la desaparición de niños, que luego aparecen por las tardes ahí y le fui dando forma. Aquí todo ocurre en una noche, con jóvenes buscando llegar vivos al amanecer”, cuenta el guionista Estrada Rondón.
“El 90% de la filmación fue nocturna en el panteón, con apoyo de la presidencia municipal, y donde ocurrieron eventos que pueden decirse de tipo paranormal. Una vez se pidió apagar los radios por interferencia, los actores estaban cerca de la tumba de los niños y comenzó a escucharse música”.
Reyes, el protagonista, recuerda que durante la filmación algunas veces se fue la luz o la neblina llegaba, lo cual ponía nerviosos a varios en la producción.
“Me retroalimenté con películas recomendadas por el director como Holocausto caníbal (Ruggero Deodato, 1980) que me costó trabajo y la soporté en dos sesiones. Él quería que yo viera el ritmo necesario, qué tan rápido o lento debía hacer las cosas; ya en movimientos, de cómo comerlos y eso, ya era creación mía”, apunta Reyes.
“Cada que me ponía la máscara me sentía más fuerte, más enorme, más en sintonía con este monstruo”, añade el histrión.
Jorge Siller , quien ha trabajado en Resident evil: extinction, es responsable del maquillaje y efectos especiales que rodearán al elenco completado por Axel Santos, Jonathan Walton, Liz Mendieta, Paulina Barrientos, Isaac Bravo, Diana Carranza y Eligio Meléndez.
“Siempre he sido un fanático del slasher, es el antidepresivo cinematográfico para mí”, indica Vacas, realizador del largometraje.
“Aquí tenemos toques de comedia, la que se permita; Wes Craven (Scream) nos enseñó que las reglas se pueden alterar, pero siempre va a ser reconocido lo que es un slasher, con jóvenes ineptos que son la víctima perfecta. Tenemos flashback al pasado y eso te va revelando los misterios del asesino. Y habrá mucha sangre, garantizado”, destaca.
