Con su cinta "Blast beat" el director Esteban Arango y el coguionista Erick Castrillón querían contar una historia en la que se dejara de lado la victimización de hacia los latinoamericanos. Buscaban, además, humanizar al inmigrante.
Los cineastas señalan que ese es el tipo de proyectos que les interesa también a futuro pues consideran que otros temas ya se han hecho bastante.
La historia sigue a los hermanos colombianos, Carly y Mateo, quienes se mudan a Estados Unidos para continuar sus estudios pero luchan con adaptarse al nuevo país.
"Era algo que nosotros necesitábamos expresar por la misma cuestión de haber pasado por una experiencia tan tenaz de tenerse que ir del país de niño que le deja a uno un trauma y una manera de ver el mundo distinta", comenta Erik.
"Al venir acá a Los Ángeles siempre fue un sueño poder contar historias de cómo nosotros nos vemos a nosotros mismos, con acentos legítimos, temas que no tengan que ver con el narcotráfico, la violencia directamente. Es una oda a todas estas experiencias", adelanta.
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La cinta fue estrenada en el Sundance Film Festival de 2020 y es protagonizada por los hermanos Moisés (Mateo) y Mateo Arias (Carly).
Al hablar sobre una problemática como la migración Esteban Arango señala que es un problema que se renueva constantemente y se vive alrededor del mundo y no sólo en Latinoamérica.
"Muchos otros países ven a Estados Unidos como un estandarte del potencial para una mejor vida", comenta.
"Queríamos poner ese sueño americano en duda y en riesgo o juego porque de nuestra propia experiencia pudimos ver cómo muchas personas de nuestra comunidad se pudieron adaptar a esa nueva vida en Estados Unidos pero muchos otros no lo lograron o simplemente descubrieron que la vida en Estados Unidos no era para ellos y tuvieron que regresar a su país".
El filme está disponible en diferentes plataformas digitales para compra o renta como Amazon Prime Video, Apple Tv y ClaroVideo, entre otros.
Los cineastas colombianos recuerdan cómo en su experiencia propia en Estados Unidos muchas veces veían a sus amigos que regresaban a su país como si dieran un paso atrás o como si fuera una derrota. Explican que ya con más madurez se dieron cuenta de que no es así.
"La felicidad no depende del éxito o de alcanzar el sueño americano sino de cómo puedes alcanzar tu potencial o aquello que te hace feliz", dice Esteban.
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Esteban y Erick esperan que con sus historias cualquier persona latina pueda verse reflejada de una manera positiva y no tengan que seguir luchando con los mismos estereotipos del narcotráfico o del inmigrante que tiene que cruzar el desierto.
"Si bien esas historias son necesarias ya se han hecho, ya se han contado. Hay toda una generación de jóvenes que viene creyendo en sueños nuevos, oportunidades nuevas que andan en un mundo más conectado".
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