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Cannes.— El director francés Jacques Audiard logró en la película Emilia Pérez sacudirse la mirada de extranjero y hacer propia una historia que toca la problemática social y política mexicana.
Se trata de un drama comedia musical que también navega por la búsqueda de la identidad, la redención y el perdón.
Emilia Pérez (interpretada por Karla Sofía Gascón) es un narcotraficante mexicano que contrata a una abogada (Zoe Saldaña) para que le ayude a cambiar de sexo y comience una nueva vida.
¿Qué herramientas utilizó Audiard para lograr una película profundamente mexicana en la que no se siente la mirada ajena?, preguntó EL UNIVERSAL en la rueda de prensa.
“No es una película de documentación ni de investigación. Es una lectura de la literatura mexicana, de la música que he escuchado y de lo que he visto en su cine. Sobre todo está la imaginación y mi modo de sentir, es una relación poética con México”, respondió el realizador.
En la noche del estreno el filme se llevó una ovación con 12 minutos de aplausos ininterrumpidos.
La música juega un papel fundamental en el filme.
“Para mí, la génesis del proyecto fue pensar en una ópera —aseguró el director—, y hacerla en México y en español es algo que me parecía muy potente”.
Karla Sofía Gascón aseguró que es imposible prepararse para hacer una película así.
“Hay que estar un poco locos… Lo más difícil no fue entrar sino salir de Emilia”, compartió la actriz que hace el papel de Manitas del Monte, el narcotraficante que cambia de sexo y se convierte en Emilia Pérez.
Zoe Saldaña, que actúa como eje conductor y heroína de la cinta, contó que, aunque vive en EU, fue criada muy cerca de México.
“Al ser de raíces latinas, con familia dominicana, conozco mucho de su cultura”.
Selena Gomez, que interpreta a la mujer de Manitas del Monte, fue escueta en sus declaraciones:
“Crecí en Texas, pero tengo familia en México así que también me siento cerca”.
Adriana Paz, de quien se enamora Emilia, dijo que como mexicana fue doloroso ver la película porque se vive con miedo en el país. Pero al mismo tiempo, “es una comedia musical, pero se siente el dolor, la fibra, la pasión... (Es) la maestría con la que Jack mezcló la música, la danza”.