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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
Querétaro.— “¡Soy un ñoño!”, reconoce Elijah Wood, protagonista de la saga El señor de los anillos, de la que acepta tener entre sus objetos preciados, el que da vida a la historia.
“Juego con videos, también soy coleccionista de discos”, agrega para demostrar su punto.
“Tengo el anillo y un par de tenis (de hobbit) ya usados que estoy seguro se echarán a perder porque son de látex pero no importa”, abunda.
Así que cada invitación que le llega para formar parte de una convención de cómics, como la CONQUE, que se efectúa en esta ciudad, la goza.
Y acepta que le gustaría formar parte del mundo de Star wars como otros actores, que aún con papeles pequeños, lo han logrado.
De la saga espacial tiene además varias figuras, muchas aún en su caja.
“Tengo una X Wing, cualquier cosa que pueda tener en ese momento la quiero. Tuve figuras antes de las precuelas, desafortunadamente los precios subieron muchísimo y son difíciles de conseguir. El Halcón Milenario (nave de Han Solo) es increíble, hay muchos santos griales de ello”, dice de buen humor durante una charla con fans.
Con buenos recuerdos. Elijah fue dirigido en la trilogía de Peter Jackson cuando tenía a penas 18 años. Había debutado de pequeño en el modelaje, pero jamás dejado su hogar por tanto tiempo, como supuso rodar la saga en Nueva Zelanda.
Han pasado prácticamente dos décadas de esa aventura y el actor la recuerda con cariño. Sabe que su personaje es ícono y que le sobrevivirá tras su muerte.
Desde entonces ha incursionado en la producción de películas y buscado papeles lejanos a Frodo Bolsón, como en la serie de comedia Wilfred, el drama Hooligans o el thriller Open windows.
“Mi sentimiento tras El señor de los anillos fue simplemente continuar para no ser sólo percibido como Frodo y que esa sombra quedara en mi carrera.
“De alguna manera tengo los dos mundos, siempre estaré asociado con ese personaje y no me molesta, la gente me relacionará con ello y estoy agradecido, pero a parte (el papel) fue suerte también, yo sigo trabajando”, subraya.
Además dejó buenos amigos durante el rodaje de lo que se ha convertido en franquicia para videojuegos, los cuales, aclara, no ha jugado.
“Era divertido que cada escena donde estábamos los de la Comunidad (del anillo), hacíamos varias cosas como sacar el sillón de alguna oficina y ver películas juntos, alternábamos los camper para dormir juntos, eran tiempos largos de preparación entre escenas y eso nos unía, son memorias divertidas las que tengo de ello”, recuerda el actor de 38 años.