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“No sé ni cómo me veré en 10 años. El tiempo lo cambia todo tan rápido que no tengo idea del futuro”, dice Luke Perry.
El actor está en un estacionamiento de Vancouver. Es un set improvisado en donde habla sobre su nueva serie, Riverdale. Tiene 50 años, viste una camiseta a cuadros verde, como de leñador, y se le ve algo demacrado.
Lo niega, pero todavía conserva la actitud Dylan McKay, el personaje que enamoró a millones en los 90: bromea de vez en vez, se le ve cómodo al hablar, parece un rebelde perpetuo. En poco más de dos años, sufrirá un derrame cerebral, justo cuando la cadena Fox anuncie el reboot de su serie Beverly Hills 90210, en la que no se había confirmado su participación.
Los reportes dicen que los servicios de emergencia llegaron el miércoles 27 de febrero de 2019 a su casa en Los Ángeles, luego de un reporte al departamento de bomberos sobre una persona que sufría un ictus.
El Luke que habla con EL UNIVERSAL en septiembre de 2016 no quiere adivinar ningún futuro incierto, tampoco hablar de esa serie enclavada en el pasado. Está de regreso y se concentra en el presente. Le falta mucho, dice. Incluso le gustaría estudiar una licenciatura en ciencias o ingeniería, sólo por el hecho de aprender.
Tampoco se considera mentor de los chicos de Riverdale: “No me contrataron para formar actores, todos trabajamos juntos. Yo aprendo”.
Vive a otro ritmo, como si su línea del tiempo fuera alterna y paralela a la del resto. Lo reconoce: “Todo ha cambiado, las redes sociales y el streaming han afectado, aunque no sé si necesariamente ayudado. Ahora todo se hace rápido y eso ha impactado el proceso creativo”.
“(Los jóvenes) probablemente manejan mejor el celular, yo no soy tan de redes sociales, pero no me afecta, creo que los de mi generación tenemos un sentido de la importancia del tiempo, y yo todavía estoy en eso”, remarca.
El glamour de los 90 cedió a nuevas prioridades, como sus dos hijos, Jack (de entonces 19 años) y Sophie (de 16). En ellos está su presente. “Sólo me gustaría ser recordado por mi familia como un buen papá, es lo que me preocupa ahora”, enfatiza.