Cuando hablamos de una película o serie basada en el trabajo de Stephen King, inmediatamente pensamos en una historia de suspenso o, en la mayoría de los casos, de terror, y esta no es la excepción.
“El teléfono del señor Harrigan” es la versión cinematográfica de la novela homónima del escritor estadounidense, que inicia con la amistad entre un chico huérfano de madre y un anciano huraño que emplea al joven para que le lea algunas de las obras maestras de la literatura.
Esta producción es interesante por varias razones: empecemos por considerar que es uno de los últimos trabajos de Donald Sutherland, quien encarna al tan tacaño señor Harrigan. Al tener una figura como Sutherland al frente del reparto, era necesario que su joven compañero de escena fuera lo suficientemente hábil para crear esa atmósfera de camaradería y Jaeden Martell no decepciona al dar vida a Craig.
Otra de las razones por las que es cuestión obligada ver esta cinta, es porque el director opta por recurrir al drama más que al terror, aunque lo hay.
Así vemos cómo la amistad entre ambos se fortalece en detalles como que, aunado a su pago, el viejo regala al chico unos billetes de lotería con la buena fortuna de que uno de ellos trae consigo unos cuantos miles de dólares, con los que Craig adquiere un teléfono que regala a su amigo. Pronto, Harrigan descubre que su nuevo “juguete” es una ventana al mundo, pero como no todo puede ser felicidad, el anciano muere y su amigo decide dejar el teléfono que le obsequió con él, y con un mensaje que es respondido por el difunto, para asombro de Craig.
Puede verse en: Netflix