Viajó con a la selva veracruzana, le compró un micrófono especial a para escucharlo mejor, acusó a de no querer usar uno y fue “padrino” de

Si alguien lo busca en un set, casi siempre está alejado de todo el barullo, sentado frente a su consola multicanal y utilizando audífonos que le ayudan a identificar el más mínimo sonido que destruya una escena.

Y ríe cuando recuerda que al cineasta Jorge Fons ("Rojo amanecer") no le gustan los homenajes porque, considera, parecería que lo están “cafeteando”.

“El Ariel es un certificado de vida y ni modo, hay que aceptarlo, ya son muchos años de trabajo”, dice bromista.

Cámara estudió inicialmente sociología, pero luego quiso aprender cine y se fue a Inglaterra, donde aprendió todo lo que pudo de procesos técnicos. Ahí se dio cuenta que el cine mexicano adolecía de sonido y además era oportunidad de trabajo. Lo demás ya es historia.

Aquí conoció a Jaime Humberto Hermosillo y lo invitó a María de mi corazón. Este director estaba comenzando a juntar un grupo al que llegó un joven Guillermo del Toro, con quien Cámara hizo amistad y le produjo dos cortometrajes, entre ellos Doña Lupe (1985). Así que, por supuesto, tenía que estar en Cronos, ópera prima del realizador tapatío, estrenada en 1993.

“Ya se le veía el talento a Del Toro. En Cronos sabía transmitir la soledad del que quería ser vampiro y la alegría de vida del otro. La película tenía un poco de drama tipo cine negro y se filmó en las fábricas de papel en Loreto, antes de que fuera un centro comercial, y todo era grande. Fue la película que cambió al cine independiente a un cine de mayor formato”.

Por esos meses, Cámara trabajó en "The wrong man", donde tuvo un pequeño enfrentamiento con la actriz Rossana Arquette ("Tiempos violentos") quien se negó a usar el micrófono.

“Entonces fui con el director (Jim McBride, "Sin aliento") y le dije que no quería ella, él salió furioso del camper y le puso una regañiza fuerte. Hay actores que de pronto hablan muy bajito, algo que creo puso de moda Robert De Niro y otros mañosos, que aprendieron de donde se apaga el sonido, se van a tomar un café y cuando hacemos segunda toma, no se escucha, entonces hay que volver a poner todo y quita tiempo”.

Precisamente con De Niro trabajó en "Manos de piedra". Las escenas de boxeo no fueron complejas, pero sí el protagonista de "El padrino" y "Toro salvaje", quien sólo hacía tres o cuatro repeticiones de cada una y no accedía a más escenas.

Ingenio mexicano

La misión principal de Cámara es que los diálogos salgan limpios. Es entonces cuando entra la improvisación mexicana.

Para "La leyenda de la máscara", con Antonio Banderas y Catherine Zeta-Jones, había una escena que se desarrollaba presuntamente en San Francisco y había muchos extras caminando sobre tierra, mientras el personaje de Catherine iba a la tienda y a la escuela por su hijo.

Para eliminar el ruido, mandó colocar una alfombra color tierra para que las pisadas no se oyeran. Cuando el director vio eso le agradó la idea, entonces se mandaron a comprar cientos de metros cuadrados de alfombra para que los extras caminaran sobre ellas.

“Cada que había un cambio de cámara, entraban 25 trabajadores a mover las alfombras, era un ballet eso”, recuerda.

2 CORTOS le produjo "Cámara" a Del Toro, previo a colaborar también en su cinta Cronos, en 1993. 

En "Apocalypto", filme dirigido por Mel Gibson, aprovechó los tiempos muertos del rodaje por lluvias y neblina para grabar varios sonidos como los cantos de los monos aulladores o tucanes, así como pequeños diálogos en maya que los extras decían.

“Esa fue una gran aventura por todo. En el set teníamos micrófonos escondidos en todos lados porque no podíamos usar inalámbricos, ya que todos estaban desnudos”, cuenta.

En "Voces inocentes" de Luis Mandoki, hizo un soundtrack con balazos grabados del conflicto bélico en Nicaragua y bombas de películas hollywoodenses que eran amplificados en set a través de una bocina de un metro cuadrado, para ayudar en la reacción de los niños.

“Cada departamento en su posibilidad, contribuye a que el drama se dé. El mayor problema es quitar precisamente lo que no sirve, los micrófonos no tienen sentimientos y vibran con todo lo que se oye, la labor de uno es poner sólo lo que sirve”.

Cámara suma un filmografía mayor a 50 largometrajes en cuatro décadas de carrera cinematográfica, entre su trabajo en sonido y producción, siendo las más recientes "Placa de acero" y "Se busca papá".

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